Cien años de historia en la fabricación de carros y remolques

José Bellón Contreras con sus hijos Bernardo (izquierda) y Roque (derecha).

José Bellón Contreras nacía allá por la década de 1890 en la localidad de Membrilla. A los dos años se quedó huérfano de madre y, su padre, tras quedarse viudo, se juntó con otra mujer. Ambos criaron a José hasta que, a los 9 años de edad, quedo huérfano al morir también su padre. Su madrastra pensó en que alguno de sus tíos podría hacerse cargo de él, decidiendo finalmente que José se quedara con ella, a la que llamaba hermana y no madre.

A los 14 años comenzó a trabajar en un taller de carretería para que aprendiese el oficio, concretamente en el Taller de los “Bastianes” de Membrilla. Tras aprender el oficio, le llega el turno de realizar el servicio militar en donde estuvo tres años, se licenció y estableció su propio negocio de carretería, “Carruajes José Bellón Contreras”, en el año 1917 en su localidad natal, Membrilla.

Al poco tiempo se casó y empezó a formar una familia. En 1920 tiene a su primera hija, Antonia, luego vendría Francisca en 1922 y otra más, Paz, en 1924, aunque esta última fallecería a los 2 años de edad. Durante esos años, José cae enfermo y tiene que dejar de trabajar, yendo a médicos y curanderos a Madrid hasta que logró recuperarse, aunque no del todo bien, ya que una de sus piernas la llevaba prácticamente a rastras porque no podía moverla. Eso sí, tras los dos años de inactividad volvió a comenzar a trabajar en su negocio de carretero ayudado en alguna ocasión por compañeros de oficio. En 1925 nacería su hijo Bernardo y, tres años más tarde, su quinto hijo, Roque.

Sobre 1940, su hijo Bernardo comienza a ayudarle en la carretería y, unos años después, Roque también comenzaría a trabajar, aunque de ajeno en la fragua de “Luna” para que aprendiera el oficio de herrero. Allí estuvo unos 12 años hasta que se instaló por su cuenta en la misma casa donde trabajaban su padre José y su hermano Bernardo, aunque en una habitación diferente donde, con un fuelle y un yunque que había comprado, hizo su propia fragua.

La casa de José, que estaba en el interior del pueblo, comenzó entonces con dos actividades diferentes, por un lado, la carretería que la llevaban José y su hijo Bernardo, y por otro lado, la fragua que se encargaba su hijo Roque, comenzando entonces a denominarse la empresa: Taller de carretería y herrería “Hijos de José Bellón Contreras”.

Logotipo del taller José Bellón Contreras.

En el año 1958, tras el fallecimiento de José Bellón, sus hijos deciden aunar las dos actividades en un mismo sitio, ya que cada una estaba en habitaciones diferentes de la casa. Durante la década de 1960, comienzan a llegar los primeros tractores a la localidad, teniendo que evolucionar en la forma de realizar los carros, ya que estos, se realizaban en madera y eran principalmente para ser arrastrados por mulas. Comienza entonces un cambio generacional, pasando de hacer carros de madera a pequeños remolques de hierro para tractor.

En cuestión de unos 20 años, esos pequeños remolques de hierro que comenzaron a fabricarse, van dando lugar a otros de mayor tamaño con una capacidad de hasta 7 mil kilos. Llegada la década de 1980, concretamente en el año 1986, Bernardo y Roque deciden separarse e ir cada uno por su lado, eso sí, sin perder la relación familiar y profesional.

Nueva generación, nueva ubicación y nuevos tiempos
En 1986, Roque se traslada a una nave que había construido en la carretera de La Solana de unos 1.000 m2, comenzando una nueva etapa profesional junto a sus hijos, Pepe, Cayetano y Paco, pasando a denominarse Talleres “Hermanos Bellón”. Juntos comienzan esta nueva andadura con algún que otro miedo, ya que por aquel entonces, en la nave que se habían ubicado, no había nada más que campo alrededor y poco más.

 

Primer remolque bañera de acero inoxidable, en el año 1997.

Lejos de eso, la actividad empieza a funcionar muy bien, fabrican remolques y aperos, realizan trabajos de carpintería metálica, construcción de naves, reparaciones, etc. A los dos años, en 1988, tienen que empezar a incorporar empleados por la demanda de trabajo que tenían, siendo el primero de ellos Eusebio que aún continúa en la empresa.

Llegada la década de 1990, el volumen de trabajo iba cada vez a más, se empiezan a demandar remolques de más capacidad, pasando de remolques de 7 mil kilos a remolques de hasta 10 mil kilos. También comienzan a surgir trabajos para terceras empresas destinados al ejército español; contenedores, camiones militares, vehículos blindados, etc. Tal era el volumen de trabajo que tenían, que tuvieron que construir una nueva nave, en la ubicación que se encuentran en la actualidad, y llegando a contar con cerca de 30 empleados.

Como dato curioso, en el año 1997, fabricaron el primer remolque bañera de acero inoxidable que, posiblemente, fuera el primero que se hiciera en Castilla-La Mancha y que se vendió a una familia de Pedro Muñoz.

El antes y el después de la evolución de los remolques.

Durante la década del 2000, se hacen unas nuevas instalaciones en el Polígono Industrial de Manzanares similares a las de Membrilla, destinadas al trabajo subcontratado que tenían y centrando las instalaciones de Membrilla a la fabricación de remolques y lo relacionado con la agricultura. A partir del año 2002, comienzan a incorporarse al negocio, escalonadamente, los hijos de Pepe, primero Roque, luego Diego y posteriormente José María. El nombre de la empresa también se modifica pasando a llamarse Agrobellón, tal y como lo conocemos en la actualidad.

Llegada la crisis de 2008, el trabajo para terceras empresas disminuye al igual que su plantilla, teniendo que centrarse principalmente en todo lo relacionado con los remolques y demás maquinaria agrícola. Pero la crisis no les hace venirse abajo, al contrario, comienzan a buscar nuevos mercados fuera del ámbito comarcal-provincial para abrirse a toda la región, también en Extremadura y Andalucía. Igualmente, al exterior, como Bulgaria, Rumania, Portugal, Senegal…contando también con dos plataformas para el transporte de carga en la base científica del ejército español en la Antártida.

En la actualidad, este negocio familiar, cuenta con una plantilla de unas 20 personas. El mercado y la fabricación de remolques también han evolucionado mucho, pasando en estos últimos años de remolques de 10 mil kilos de capacidad a remolques bañera de hasta 25 mil kilos y de 2 a 3 ejes. Pero no todo son remolques, desde Agrobellón, se fabrican también diferentes tipos de maquinaria como tolvas autodescargables, repartidores de pienso, semillas y abonos, aperos, abonadoras, arados, plataformas para el transporte de carga, etc.

La evolución de los tiempos y del trabajo dejaron atrás aquellos años donde se realizaban esos primeros carros de madera de una manera artesanal, dando paso a la industrialización con un nivel de fabricación muy avanzado en cuanto a diseño y gama de productos. Para que nos hagamos una idea, un remolque de hoy en día equivaldría a unos 20 carros de madera de por aquel entonces.
La larga trayectoria de Agrobellón ha supuesto también el recibir numerosos premios, gracias al trabajo, la constancia y la innovación. Entre ellos, varias medallas de oro, plata y accésit a la máquina novedad, todos ellos recibidos en la Feria Nacional del Campo de Manzanares (FERCAM), donde exponen su maquinaria desde hace 30 años. Méritos más que justificados que han hecho, desde que José Bellón Contreras comenzara su propia andadura en el año 1917, cumplir un siglo de vida a esta empresa familiar de la localidad de Membrilla.

Una de las plataformas para el transporte de carga de la base científica del ejército español en la Antártida.

Texto: Ayer&hoy
Fotos: Agrobellón