Francisco Javier Morales

Francisco Javier Morales Hervás/ Doctor en Historia

La sosegada contemplación del cerro de Alarcos no deja indiferente a nadie, aunque desconozca la importancia histórica que alberga. Su majestuoso perfil, recortado contra el horizonte, tanto al alborear como cuando se aproxima el crepúsculo, supone una bella estampa que puede satisfacer las miradas más selectas. Rodeado de crestones cuarcíticos, el cerro de Alarcos se yergue sobre el cauce del río Guadiana, que por este ámbito surca perezoso, como si no quisiera perder de vista las ruinas de un promontorio preñado de historia.

Cuentan que Napoleón, al pasar con su victorioso ejército junto a las pirámides de Gizá se detuvo y animó a sus soldados a disfrutar del encanto de aquella visión, recordándoles que “4.000 años os contemplan”. Algo parecido podríamos comentar al visitante despistado que transitara por el entorno de Alarcos, pues más de 3.000 años de historias, luchas, anhelos, trabajos y esperanzas nos contemplan en este paraje, que desde hace unos 30 años, gracias a la dedicación de muchos arqueólogos, trabajadores, estudiantes, aficionados… está empezando a desvelar parte de los tesoros que celosamente guarda.

Alarcos Ciudad Real-PobleteLa visión que actualmente tenemos de Alarcos ha experimentado una enorme evolución en relación a las ideas que se tenían hace tan sólo tres décadas, cuando las principales referencias con las que contábamos procedían de las fuentes medievales, que narraban la dolorosa derrota de las huesteAlarcos Ciudad Real-Pobletes de Alfonso VIII en Alarcos frente a los almohades. A ello se añadían algunas referencias procedentes de hallazgos casuales y breves comentarios que, en algunos casos, se habían realizado a comienzos del siglo XX.

El inicio de las primeras investigaciones sistemáticas a comienzos de los años 80 del pasado siglo pronto empezaron a dar sus frutos y ello permitió contar con una interesante documentación arqueológica, que, en unos casos corroboraba la información de las fuentes medievales y en otros la complementaba e incluso posibilitaba descartar ciertas ideas preconcebidas que se daban por seguras. En cualquier caso, las excavaciones arqueológicas confirmaron desde el primer momento la importancia histórica de este lugar en época medieval y sorprendieron gratamente en su etapa prerromana, al ofrecer estructuras y materiales de primer nivel que dejaban claro que nos encontrábamos ante uno de los poblados ibéricos más importantes de la Meseta Meridional.

La “recuperación” de Alarcos vino a coincidir en el tiempo con la nueva configuración territorial de nuestro país y la conformación de las Comunidades Autónomas, que, como en el caso de Castilla-La Mancha, una de las primeras competencias que recibieron fue la de Cultura y Patrimonio, lo que fomentó el desarrollo de este tipo de investigaciones en una serie de destacados yacimientos de nuestra región. Desde entonces, la Junta de Comunidades ha venido apoyando los diferentes trabajos arqueológicos desarrollados en el cerro de Alarcos, adaptándAlarcos Ciudad Real-Pobleteose a las distintas coyunturas y empleando diversos recursos y mecanismos para que poco a poco podamos seguir leyendo en los estratos de este yacimiento los ricos mensajes que nos aguardan y así poder ir componiendo paulatinamente un discurso histórico que comprende más de 3.000 años y que es propiedad de toda la sociedad castellano-manchega, que ha contribuido a su conocimiento, salvaguarda y financiación.

Alarcos es una de las grandes joyas de la provincia de Ciudad Real y nuestros ciudadanos y visitantes no pueden permanecer ajenos a su enorme valor patrimonial. Más de 3.000 años nos contemplan y nos interpelan con la fuerza de su valor histórico para involucrarnos en la defensa y protección de nuestro patrimonio, que debe constituirse en una fuerza regeneradora en la que encontremos el impulso necesario para construir una sociedad comprometida y solidaria, capaz de afrontar cualquier reto desde el orgullo y el reconocimiento de su rico pasado.