Hasta el reinado de Carlos III, la bandera española había sido, desde Felipe V (año 1700), la de la Casa de Borbón, completamente blanca, pero en 1785, siendo rey de Nápoles, Carlos III decretó que sus navíos de guerra usaran una nueva bandera roja y gualda para evitar que los ingleses los cañonearan si los confundían con los de otros estados borbónicos enemigos de Inglaterra.

Desde 1843 sería la oficial de España y lo ha seguido siendo hasta nuestros días, excepto durante los años de la Segunda República, en los que se sustituyó por otra con la franja inferior morada, erróneo recordatorio de la supuesta bandera de los comuneros castellanos que se alzaron contra Carlos V. En realidad, el pendón castellano del que tomaron la idea era rojo, pero con el tiempo se había descolorido hasta parecer morado.