Miguel Alberdi/Decorador

Cuando montamos o decoramos una tienda, tendemos a centrar el cien por cien de nuestros esfuerzos en aspectos visuales y, muchas veces, olvidamos los cuatro sentidos restantes que tenemos todas las personas: el tacto, el gusto, el oído y el olfato. Es cierto que la vista es el sentido más desarrollado del ser humano, pero no por ello debemos ignorar la importancia del resto de ellos para estimular a los consumidores.

El olfato es el más sensible de nuestros sentidos, además nos acompaña y nos ayuda a tomar decisiones a lo largo de nuestra vida, nos permite identificar a personas, nos invita a comer un determinado alimento, por tanto, debemos tener en cuenta este sentido si queremos fomentar el consumo de nuestro establecimiento.

Un determinado olor puede tener un impacto en nuestro estado de ánimo, nivel de excitación, memoria y reacciones físicas. Una determinada fragancia en un comercio físico puede mejorar la experiencia de compra de nuestros clientes, ayudar a fortalecer el branding de nuestra marca, incrementar el deseo de compra, reducir la percepción del tiempo. Por tanto antes de escoger el ambientador que caracteriza tu tienda, debes estudiar muy bien que fragancia es más adecuada para proporcionar la experiencia que quieres potenciar en tus clientes.

Los comercios pueden beneficiarse de la aromatización ambiental. Cerca de la entrada hay un lugar de vital importancia, ya que ningún negocio debería subestimar el poder de una primera impresión. Un primer aroma susurra, “bienvenida” a clientes potenciales y es lo último que recordará después de irse. Para los comercios minoristas, los vestuarios pueden ser motivo de preocupación, ya que el olor a pies y el olor corporal pueden filtrarse en la alfombra. Cualquier baño público, especialmente aquellos en restaurantes y espacios de la industria alimentaria, deben de estar neutralizados por el olor o agradablemente perfumados. Un baño mal mantenido puede alejar a la clientela de un restaurante permanentemente. Para las salas de espera de todo tipo, los olores que relajan y calman los nervios funcionan mejor.

La ciencia moderna está arrojando nueva luz sobre nuestra comprensión del poder del olfato en términos de mercado moderno. Los minoristas, los dueños de restaurantes y otros líderes de la industria prestan lenta pero seguramente mucha atención a la influencia estratégica del olfato en la mente y el comportamiento del consumidor.

Las estadísticas y los estudios indican que un espacio comercial agradablemente perfumado hace que los clientes permanezcan más tiempo, comunicándose más con el personal y gastando más dinero. También es más probable que regresen al establecimiento.

“Los olores afectan de una manera muy significativa a nuestro estado emocional y anímico y, por tanto, pueden modificar o estimular el comportamiento de los consumidores.”

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Web: www.miguelalberdi.com