La cooperativa Santa Catalina inicia la vendimia-2018 con grandes expectativas. El objetivo es superar los 35 millones de kilos de molturación y acercarse a la barrera de los 40 millones. Hay dos razones fundamentales que invitan al optimismo. Una, la cantidad de cosecha prevista. Y dos, la creencia de que el millar de socios de la entidad se volcará más que nunca.

En ese ambiente de confianza transcurrió la asamblea general de la cincuentenaria entidad, que aprobó las normas de campaña y dio a conocer los proyectos de futuro. El nuevo presidente, Pedro José Martín-Zarco, tiene fe ciega en sus socios para seguir creciendo esta vendimia. “Veo la confianza del socio y creo que apuestan claramente por la cooperativa”. “Tenemos que valorar la importancia de asegurar dónde colocar una cosecha si vienen años malos”, declaró. La bodega abre sus puertas este martes para el moscatel, además del verdejo y las uvas destinadas al Tinto Selección. La airén se generalizará hacia el lunes 10.

Precisamente ha sido el vino lo que más ha impulsado la tesorería. “La sección del vino va a aportar mucho dinero a la cooperativa”, dijo el presidente, a pesar de que la entidad no cobra por ampliaciones o mejoras, sólo precio libre. Sin concretar cantidades, sí confirmó que esas ganancias servirán para financiar los nuevos proyectos. No se puede decir lo mismo de la almazara. Aún quedan 650.000 kilos de aceite en depósito y se confía en que todavía se puede vender.

En su informe, Martín-Zarco reveló los proyectos más relevantes, algunos a corto plazo. Se quiere ampliar el laboratorio, habilitar una sala de catas y construir un despacho para los comerciales. Aunque más importante es ampliar el almacenaje. “Necesitamos más depósitos para el airén, el tempranillo y los varietales, donde queremos crecer”. Más adelante se cubriría el patio de la almazara y la nueva nave de cereal.

Sin embargo, una de las inversiones estrella, aunque no inmediata, es la depuradora. La normativa europea en materia ecológica es cada vez más exigente y la cooperativa tendría serias dificultades para abordar nuevos proyectos sin ella. De momento, se las arreglan con la EDAR municipal, pero es un plan que habrá que acometer. Avanzó que ya están viendo posibles ubicaciones, incluso han tanteado a propietarios de terrenos colindantes.

Preguntado por las dificultades de algunos agricultores para encontrar mano de obra en vendimia, Pedro José Martín-Zarco reconoció que es así, y expresó su sorpresa. “Es una pena que un pueblo con 1.600 parados no se encuentre gente para vendimiar”. “Suena un poco raro”.