Las palmeras son hierbas gigantes o pastos gigantes y no verdaderos árboles, no tienen crecimiento secundario en grosor por el que se forman los anillos típicos de crecimiento anual. Su “tronco” se llama estípite y es el resultado de los restos que se quedan de las hojas viejas y de los tejidos conductores lignificados. Las palmeras suelen tener solo una yema apical, que es el punto más vulnerable de la planta, ya que si ésta muere y sólo hay una, como es habitual, muere la planta entera.

Su sistema de raíces es diferente al de los árboles y las hace más resistentes a las caídas por fuertes vientos. No suelen tener ramas, la hoja sale directamente del estípite. La semilla más grande del mundo es de una palmera chilena: Jubaea chilensis