Especialistas en pan artesano desde 1840

Si algo está claro acerca de esta legendaria panadería es su indudable trayectoria en la elaboración artesanal del pan. Ni más ni menos que 180 años de historia a sus espaldas, siendo fieles a la elaboración artesana de pan Candeal y de Viena en sus diferentes formatos, con el añadido de mantener las recetas de antaño a la hora de elaborar otros muchos productos como magdalenas, rosquillas, tortas o los distintos dulces manchegos.

Panadería Lorca esta regentada en la actualidad por Vicente y Rafael Lorca, que continúan con la herencia familiar de una larga estirpe de maestros panaderos. Rafael es además el presidente de Afexpan (Asociación de Fabricantes y Expendedores de Pan y Pastelería de Ciudad Real) que nació en el año 1977 para aunar al sector, y que cuenta dentro de la misma con la IGP Pan de Cruz, un pan único y legendario de la gastronomía manchega que ya aparecía en la obra universal de Miguel de Cervantes, Don Quijote de La Mancha.

Pero volviendo a la historia de Panadería Lorca, este negocio tiene sus raíces en la localidad de Torre de Juan Abad, donde la familia Romero se inició en la elaboración de pan en el año 1840. Un negocio que se mantuvo sin prácticamente cambios hasta 1920, cuando Vicente Lorca y Timotea Romero decidieron establecer una panadería en la calle San Miguel nº 3 de la localidad de Valdepeñas, lugar donde se mantiene en la actualidad Panadería Lorca. Llegada la década de los 60 del pasado siglo XX, se haría cargo de la empresa Hilario Lorca, padre de los actuales propietarios Vicente y Rafael, quienes cogerían el testigo en el año 1995.

Izq.: Vicente Lorca en primera línea frente a su esposa, Timotea Romero, acompañados de unos familiares. Dcha.: Hilario Lorca, padre de los actuales propietarios, junto a un carro de reparto de pan en la década de los 60.

Poco ha cambiado desde entonces hasta hoy, manteniendo los métodos de elaboración y los ingredientes de antaño a la hora de elaborar sus productos. Si bien es cierto, en estos años han tenido que modernizar las instalaciones y maquinaria, además de diversificar el negocio, contando con tiendas especializadas “Lor-Pan”, con establecimientos en la propia calle San Miguel, calle Buensuceso, calle Cristo y calle real (Plaza Veracruz), todas ellas en Valdepeñas.

Como anécdotas, la familia Lorca cuenta que hace varias décadas tenían que estar mucho más pendientes del “refresco del pan”, ya que al no contar con maquinaria de frío, la levadura de la masa madre podía hacer fermentar esa masa antes de tiempo, y por tanto, que tuviera un gusto algo agrio. Para que esto no sucediera añadían agua y harina, algo que hoy día con la maquinaria que se cuenta permite evitarlo, además acortar el periodo de fabricación diario, puesto que antiguamente había que comenzar sobre las 12 de la noche para su elaboración y ahora se empieza sobre las 3 de la mañana. También recuerdan como sus antepasados contaban que, antiguamente, los hornos de la panadería estaban abiertos a todos los clientes para cocer su propia cochura, a cambio de un pequeño porcentaje que se les pedía por poder utilizarlos.

Algo que también ha cambiado, aunque no desde hace tanto tiempo, es la venta y distribución del pan. La tendencia de años atrás era hacer el reparto a domicilio (aún hay pueblos que lo mantienen). Ahora las costumbres han cambiado, siendo los clientes los que van a buscar el pan y demás productos de bollería a las panaderías o tiendas de alimentación.

Decimos que no hace tanto tiempo de aquello, ya que como mencionábamos, aún hay muchos pueblos que mantienen esta “tradición” de repartir casa por casa, con la imagen de la bolsa de tela echando el pan o la barra dentro de ella. Pero ya en muchos lugares, como Valdepeñas, no se distribuye así, sobre todo porque antiguamente “la esposa estaba en casa y el marido trabajando”. Ahora son ambos los que trabajan y es difícil que haya alguien en casa en horario laboral.

Pan y otras elaboraciones que realizan en Panadería Lorca.

Si hablamos de su producción de pan, Panadería Lorca genera una media de unas 2.500 unidades diarias totalmente artesanales, unos 500 kilos de harina aproximadamente. Si bien es cierto, cada día se enfrentan a la tendencia de la fabricación industrial, tanto en pan como en otros productos precocidos, que nada tiene que ver con la calidad que se ofrece en una panadería artesana, y que sin duda, perjudica a estas panaderías artesanas además de ser difícil competir con sus precios. Asimismo, también se ha notado un descenso en el consumo de pan por parte de las personas. Aun así, Panadería Lorca, al igual que otras muchas panaderías artesanales, siguen luchando cada día para que la tradición de hacer un pan de calidad no se pierda, apostando para que en un futuro se siga consumiendo pan y diferentes productos de bollería natural, sana y tradicional para volver a hábitos mucho más recomendables.

Muchas de estas panaderías tradicionales han desaparecido, unas por no contar con futuras generaciones, otras por la competencia desleal que existe, y otras por no poder competir con la tendencia a la fabricación industrial. Pero si podemos tener claro que Panadería Lorca seguirá en pie durante muchos y muchos años más, una panadería más que legendaria donde prioriza la calidad, la artesanía y la tradición de una larga saga de maestros panaderos.

Texto: Juan Diego García-Abadillo
Fotos: Panadería Lorca