La Feria Internacional del Turismo (FITUR), celebrada anualmente en IFEMA, Madrid, es una de las mayores ferias de turismo en todo el mundo. Este año contará con su 39 edición del 23 al 27 de enero, donde Castilla-La Mancha estará muy presente. Este evento, que sirve como plataforma de comunicación global para promover el negocio del turismo, cuenta en gran parte con las maneras de descubrir la cultura y la gastronomía de cada lugar. El turismo gastronómico pone de manifiesto nuestros cinco sentidos, donde poder observar, degustar, oler, tocar y escuchar el estilo de vida de cada uno de nuestros rincones, de sus gentes y de su exquisita gastronomía.  

La Feria Internacional del Turismo (FITUR) es una de las mayores ferias de turismo a nivel mundial y la primera en la Península Ibérica. Este año celebrará su 39 edición del 23 al 27 de enero, un punto de encuentro global para profesionales del turismo. El pasado año batió record de participación con 10.190 empresas expositoras de 165 países y regiones, con 140.120 profesionales y 110.860 visitantes de público general. Es considerada la feria más importante de puerta de entrada para el mercado latinoamericano y un evento que sirve como plataforma de comunicación global para el desarrollo de estrategias de futuro que promueve el negocio del turismo. Las iniciativas y novedades para este año ponen especial atención en aumentar la representación sectorial, la internacionalización y la cualificación de FITUR, con el objetivo de ofrecer una plataforma en constante dinamismo, contribuyendo a generar oportunidades de negocio, intercambio de conocimiento e impulsar la actividad del sector turístico.

El esquema de organización contempla la ampliación de la superficie de exposición con la incorporación del pabellón 2 como concentración de toda la oferta de los Destinos de Oriente Próximo y así, poder dedicar en su totalidad el pabellón 4 a Europa. Las demás áreas se conservaran como ediciones anteriores, situando a América en el pabellón 3, África y Asia Pacifico en el pabellón 6, Empresa, Tecnología y Empresa Global en el pabellón 8, Empresa y Asociaciones en el pabellón 10 y Entidades y Organismos Oficiales Españoles en los pabellones 5, 7 y 9.

Otro de los núcleos fundamentales de FITUR 2019 serán las diferentes actividades organizadas por la Organización Mundial del Turismo (OMT), la Conferencia Iberoamericana de Ministros y Empresarios de Turismo (CIMET) o el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (WTTC). Una edición en la que la tecnología y la especialización tendrán gran protagonismo.

El turismo gastronómico es otro de los negocios que está muy presente en FITUR, un turismo con cada vez más ascendencia. En España no nos falta cultura gastronómica, algo muy importante a la hora de elegir un destino turístico. La gastronomía es una pieza clave que deja huella en la economía del sector hostelero, y la nuestra cuenta con un gran prestigio y reconocimiento a nivel nacional e internacional. Ciudad Real es muy rica en este sentido, donde la gastronomía es parte fundamental de nuestro reclamo turístico.

Turismo de Ciudad Real y su gastronomía

La provincia de Ciudad Real cuenta con un gran atractivo turístico que poco o nada tiene que envidiar a otras provincias de la geografía española. Sus parajes naturales, sus fiestas, su patrimonio y su gastronomía son dignos de cualquier visitante que quiera descubrir algo diferente en cada uno de sus pueblos, cada uno de ellos con algo que ofrecer, con algo que sorprender. Nuestra provincia dispone de un rico patrimonio cultural y natural a la vez que singular, con destinos extraordinarios para todo aquel visitante que desee conocer una gran tierra como es Ciudad Real y el conjunto de su región. Pero nos centraremos en su gastronomía, con grandes productos de una gran calidad.

Entre ellos, encontramos el Aceite del Campo de Calatrava, un aceite de oliva virgen extra obtenido del fruto del olivo de las variedades Cornicabra y Picual. El Aceite del Campo de Montiel con las variedades Cornicabra, Picual, Manzanilla, Arbequina y Local, y el Aceite Montes de Toledo con unas características inconfundibles debido a su aroma y sabor. El Azafrán de la Mancha, único y que se presenta al consumidor únicamente en hebras, nunca molido, con un color rojo vivo brillante y un olor intenso y penetrante.

La Berenjena de Almagro, una variedad autóctona que se cultiva desde tiempos inmemoriales y que desde hace siglos se elabora según recetas tradicionales que han otorgado al producto una reputación a nivel nacional. La Cebolla de la Mancha, de tipo “Recas”, única cebolla reconocida para la producción de la IGP Cebolla de la Mancha. El Cordero Manchego, de carne rosa pálido, de gran terneza y jugosidad que se deshace en la boca.

El Melón de la Mancha, tipo “Piñonet” o “Piel de Sapo”, uno de los cultivos característicos de la comarca natural Mancha, donde destacan su dulzor, su alta jugosidad y la escasa fibrosidad de su carne. El Pan de Cruz, de elaboración artesanal que ya se venía elaborando desde el siglo XIII, donde aparece ya descrito en El Quijote. El Queso Manchego, elaborado a partir de leche de ovejas de raza manchega, con un sabor único e inigualable. Y por supuesto sus vinos, buque insignia de nuestra tierra; Vinos de Pago con DOP, Vinos Denominación de Origen La Mancha, Vinos de la Tierra de Castilla o Vinos de Valdepeñas.

Igualmente la provincia de Ciudad Real cuenta con platos típicos muy reconocidos a nivel nacional; las gachas, el pisto, las migas, la caldereta de cordero, el asadillo, el tojunto, los duelos y quebrantos, el tiznao, o dulces tradicionales como la bizcochá, los mantecados o las flores, entre otros muchos platos.

Enoturismo

El Enoturismo o turismo del vino, es el turismo en que el vino es la parte fundamental de este tipo de propuesta turística. En él se mezclan la cultura del vino, el paisaje del vino, la esencia del vino… englobando todo lo que está vinculado a este producto.

El Enoturismo se basa principalmente en viajar a un destino enoturístico y conocer su cultura a través de diferentes actividades como la visita a bodegas, catas de vino, degustaciones gastronómicas y maridajes con vino, la visita a vinotecas y enotecas, y diferentes ámbitos relacionados con él derivado de la uva.

Veintisiete son las Rutas del Vino que existen repartidas por todo el territorio español certificadas por ACEVIN (Asociación Española de Ciudades del Vino), la cual es presidenta Rosa Melchor, alcaldesa del municipio de Alcázar de San Juan. El pasado año, ACEVIN hacía entrega de los galardones de los IV Premios de Enoturismo “Rutas del Vino de España”. Unos galardones que ponen en valor a cada una de las rutas que se ofrecen en nuestro país, dando a conocer a través del turismo, experiencias únicas que giran alrededor del vino y su cultura.

La Ruta del Vino de La Mancha ha sido la última en incorporarse a las Rutas del Vino de España, siendo además la única de la Comunidad de Castilla-La Mancha que está dentro de estas rutas. Castilla-La Mancha es sin duda el mayor viñedo del mundo, con una enorme extensión de viñas que cualquier viajero puede apreciar, ofreciendo unos espléndidos paisajes.

La Ruta del Vino de la Mancha está formada por seis municipios; El Toboso (Toledo), Villarrobledo (Albacete) y Alcázar de San Juan, Tomelloso, Socuéllamos y Campo de Criptana de la provincia de Ciudad Real. Pero esta ruta no será la última, ya que está previsto que durante este año se incorporen dos nuevas rutas: La Manchuela y Valdepeñas. Las tres rutas tendrán su espacio en FITUR.

Nuestra región, Castilla-La Mancha, y nuestra provincia, Ciudad Real, no solo es conocida por ser el mayor viñedo del mundo, sino que además, es conocida cultural y gastronómicamente en todo el mundo gracias a nuestro mejor embajador: Don Quijote de la Mancha.

Don Quijote de la Mancha, nuestro mayor embajador

La novela escrita por Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, no es solo la obra más destacada de la literatura española, es además, el mayor embajador de la provincia de Ciudad Real y la región de Castilla-La Mancha fuera de nuestras fronteras. No solo por sus hazañas, sino porque dentro de sus aventuras está muy presente la gastronomía de nuestra tierra.

“Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda”… esta es la segunda frase escrita de Don Quijote de la Mancha, que ya nos acerca la importancia de los fogones y la gastronomía en general en la novela de Cervantes. Por un lado la olla u “olla podrida”, que hace referencia a la cazuela o puchero hondo que se utiliza para realizar un guiso concreto, en este caso, estaríamos hablando probablemente de una olla puesta al fuego con diferentes tipos de carnes con garbanzos y verduras, es decir, un buen trozo de carne de morcillo de vaca, un trozo de cordero, gallina vieja, tocino, chorizo, pimientos, tomate, cebolla y patatas. El salpicón, que sería elaborado con las sobras de los pucheros, aprovechando para confeccionar otro plato. Los duelos y quebrantos, una receta algo discutida, poco se sabe acerca del origen de este plato, siendo en la actualidad un plato muy reconocido de la cocina manchega elaborado con huevos, chorizo y tocino de cerdo. Las lentejas, que según Cervantes, Don Quijote comía los viernes, con el precepto de la Iglesia Católica de no comer carne los viernes, por lo que estaríamos hablando de unas lentejas sin ningún tipo de carne, solo a base de verduras. “Y algún palomino…”, una paloma joven, un alimento suculento de la época. Los hidalgos, nobles pero sin riquezas, solían tener palomares para la cría, por eso tal vez, Don Quijote era dueño de uno, pero un lujo que no siempre se podían permitir, por lo cual tomarían los domingos en guiso o asado.

Varias son las menciones sobre la cocina de aquella época, entre ellas, estas son algunas de las citas que hace referencia Miguel de Cervantes en la novela del Quijote: “Paréceme que de lo que hemos hablado se nos pegan al paladar las lenguas, pero yo traigo un despegador pendiente del arzón de mi caballo que es tal como bueno. Y, levantándose, volvió desde allí a un poco con una gran bota de vino y una empanada de media vara, y no es encarecimiento, porque era de un conejo albar tan grande, que Sancho, al tocarla, entendió ser de algún cabrón, no que de cabrito.” Este es un momento en el que se describe como Sancho degusta una deliciosa empanada de conejo albar.

“¿Qué será esto, Sancho, que parece que se me ablandan los cascos o se me derriten los sesos, o que sudo de los pies a la cabeza? Y si es que sudo, en verdad que no es de miedo: sin duda creo que es terrible la aventura que agora quiere sucederme. Dame, si tienes, con que me limpie, que el copioso sudor me ciega los ojos.

Calló Sancho y diole un paño, y dio, con él, gracias a Dios de que su señor no hubiese caído en el caso. Limpiose don Quijote, y quitose la celada por ver qué cosa era la que, a su parecer, le enfriaba la cabeza, y viendo aquellas gachas blancas dentro de la celada, las llegó a las narices, y, en oliéndolas, dijo: Por vida de mi señora Dulcinea del Toboso, que son requesones los que aquí me has puesto, traidor, bergante y malmirado escudero. A lo que con gran flema y disimulación respondió Sancho: Si son requesones, démelos vuesa merced, que yo me los comeré. Pero cómalos el diablo, que debió de ser el que ahí los puso.” Refiriéndose a las gachas.

“Responde en buen hora, dijo don Quijote, Sancho amigo, que yo no estoy para dar migas a un gato, según traigo alborotado y trastornado el juicio.” Aquí se hace referencia a las migas.

Raro es el capítulo de Don Quijote de la Mancha que no haga mención a la comida o cocina de la época; los duelos y quebrantos, el pisto, las gachas, el tiznao, el mojete, el ajo mataero, el morteruelo, la caldereta de cordero, las patatas con conejo, las migas de pastor, las perdices escabechadas, el pan, el vino o el queso.

Texto: Juan Diego García-Abadillo Orea

Fotos: Ayer&hoy/Pixabay