Más de 40 años de historia manteniendo viva la tradición folklórica en La Solana

La Agrupación Folklórica “Rosa del Azafrán” se fundó en el año 1980 de la mano de antiguos componentes del desaparecido “Grupo de Coros y Danzas” de La Solana, partiendo con cinco parejas de baile y nuevas piezas gracias a las enseñanzas del maestro Juan Alfonso Tolosa, el hermano Capirote y Antoñique. Durante la década de los 80 y principios de los 90, la agrupación estaba formada por un cantante, ocho músicos y unas nueve parejas de baile. Comenzaron sus ensayos en las casas de algunos de sus componentes hasta que el Ayuntamiento de la localidad les cedió un espacio público en el Palacio Don Diego. Posteriormente se trasladarían a los bajos del antiguo Centro de Salud y, tras la construcción de la actual Casa del Niño, se trasladaron a la parte inferior de este edificio donde continúan en la actualidad.

La Agrupación Folklórica “Rosa del Azafrán” ha vivido años muy buenos en cuanto a participantes se refiere, llegando a estar formada por más de 50 componentes entre músicos, cantantes, cuerpo de baile y escuela infantil, está ultima se puso en funcionamiento hace más o menos 28 años, justo unos años después de poner en marcha su tradicional Festival Nacional de Folklore “Villa de La Solana” que este pasado 2020 hubiese cumplido 30 años y que, por motivos de sobra conocidos debido a la pandemia, no se pudo realizar.

Izq.: La agrupación ensayando en el año 1990. Centro: Agrupación Folklórica “Rosa del Azafrán” en 1990. Dcha.: Componentes de la agrupación sobre mediados de la década de los 90.

El Festival Nacional de Folklore “Villa de La Solana” es su actividad estrella, y que en el año 2015 celebró su edición XXV con una de las galas más completas y vistosas de toda su historia. El festival es un evento cultural donde comparten escenario con otras agrupaciones invitadas, donde además, la agrupación hace de anfitriones para mostrarles las tradiciones y costumbres de la localidad solanera, al igual que esas otras agrupaciones hacen cuando la Agrupación Folklórica “Rosa del Azafrán” es invitada a sus tierras. Un intercambio cultural muy importante que viven muy especialmente cuando actúan fuera. El ambiente de la agrupación y la convivencia es bueno y sano, “y esos momentos de autobús”, como nos cuenta alguna componente del grupo, “son muy especiales, donde se cuentan anécdotas, chascarrillos, chistes o también se canta para hacer más ameno el viaje”. Hay que decir que este tipo de festivales suelen ser costeados por las propias agrupaciones, por lo que, no todas las agrupaciones se pueden permitir alojar a los componentes en un hotel o un hostal por ejemplo, llegando a tener que dormir en las propias sedes o en colegios municipales, “hemos vivido situaciones tipo campamento” nos señala una componente del grupo, “pero por norma, cuando actuamos fuera, todas las agrupaciones nos tratan genial”.

La Agrupación Folklórica “Rosa del Azafrán” ha viajado prácticamente por todo el territorio español, incluso Portugal, la primera vez que salieron fuera de España y que fue muy emotiva y especial, sobre todo para los más jóvenes. Actuaron en un pueblo pequeñito donde prácticamente todas sus gentes les acogieron de una manera muy entrañable, teniendo un grato recuerdo de ese lugar. Asimismo, para la agrupación las actuaciones que realizan en el norte de España, como Asturias o Galicia, siempre tienen un plus, ya que las recuerdan con mucho cariño.

En cuanto a su vestimenta, cuentan con dos trajes, el traje de paseo y el traje de gala. En el primero de ellos, las mujeres van ataviadas con camisa blanca con puntillas en cuello y puños, corpiño negro con agremanes, refajo a rayas de colores, bordado de rosetones de flores con lana blanca, faltriquera y mandil negro con puntilla blanca y medias blancas de hilo con zapato negro abotinado, y los hombres, con blusa negra y gris anudada abajo, en el cuello pañuelo de hierbas, pantalón de pana y faja ceñida a la cintura. Y en el segundo, el traje de gala, las mujeres van ataviadas con gabán de color negro con pechero de puntilla negra adornado con camafeo o broche en el pecho, refajo de color liso con cenefa pintada a mano, adornado con mandil negro con puntillas, que se ajusta ciñendo la cintura por encima del gabán, medias blancas de hilo y zapato negro abotinado. Los hombres lucen en esta ocasión camisa blanca de cuello de tirilla, chaleco negro con cuello pico y botonadura negra, faja de colores de lana fina que se coloca ciñendo la cintura dándole varias vueltas, calzón negro hasta media pierna con medias blancas caladas y zapato negro acordonado.

Izq.: Componentes de la agrupación sobre finales de la década de los 90. Centro: Pasacalles en Sestao (Vizcaya) en el año 2015. Dcha.: La agrupación posando antes de su XXV Festival Nacional de Folklore “Villa de La Solana” en 2015.

En cuanto a sus piezas musicales y de baile, son de lo más variadas, con un repertorio totalmente autóctono, con jotas, fandangos, manchegas, rondeñas, seguidillas y torrás, manteniendo la pureza de estas a lo largo de los años. Entre ellas, cuentan con dos torrás, la del golpe atrás y la de los pasos de pichón, que llevan con insignia y bandera del grupo porque son bailes que se mantienen puros en La Solana aprendidos de la gente del pueblo tal cual los realizaban antiguamente. Las rondeñas madrileñas, que son su pieza más elegante. Las diferentes jotas como la Jota de la Rosa del Azafrán, de La Solana o de la Romería a la Virgen de Peñarroya, patrona de la localidad. Y por supuesto las seguidillas, que en La Mancha es uno de los estilos más importantes del folklore porque son muy genuinas y antiguas.

En el año 1994, la agrupación recibió el premio Galanes que otorga anualmente la Gaceta de La Solana por mantener vivas las raíces, la tradición y extenderlas por todo el territorio nacional. Asimismo, también recibió el premio de “Sembrador” otorgado por la Asociación Cultural Amigos de la Zarzuela (ACAZ) de La Solana. En el año 2005, la agrupación celebró sus bodas de plata con diferentes actividades y que cerró con un acto en el Teatro Tomás Barrera de la localidad donde se recordó la historia de la agrupación en esos 25 años.

Este pasado 2020 hubiesen celebrado sus 40 años de historia y su XXX Festival Nacional “Villa de La Solana” que debido a la pandemia no han podido celebrarse, pero que seguro, en ese nuevo año de esperanza e ilusión para todos, celebraran por partida doble para seguir manteniendo vivas las raíces y la tradición del folklore que tantas alegrías les han dado.

Texto: Ayer&hoy
Fotos: Ayer&hoy/Biblioteca Virtual CLM