Siguiendo el recorrido que últimamente estamos haciendo por algunas de las ciudades menos conocidas de Castilla y León, hacemos hoy una parada en Benavente, localidad que Junto a Zamora y Toro, forma el tridente de las ciudades más importantes de la provincia zamorana. Su importancia histórica radica en haber sido un importante nudo de comunicaciones entre la meseta y el norte, además de formar parte del trazado jacobeo de la Vía de la Plata.

Son muchos los monumentos que nos ofrece esta villa castellana, entre ellos los restos del Castillo de la Mota, el que fuera uno de los palacios más grandes y lujosos de Castilla, pero que fue destruido por los franceses durante la guerra de la Independencia, quedando sólo en pie la Torre del Caracol, ahora unida al Parador Nacional, obra realizada con una mezcla de los estilos gótico y renacentista, a principios del siglo XVI. Existe la posibilidad de visitarla parcialmente.

Ya dentro del casco urbano, nos sale al encuentro la iglesia de Santa María del Azogue (siglo XII-XVI). Un puzle de multitud de estilos que lo han ido confeccionando hasta lo que es hoy una de las iglesias más bellas de Zamora y el monumento más destacado de la ciudad. Aquí convergen las principales calles de Benavente, en la que la iglesia funciona como rotonda.

Seguimos hasta la plaza Mayor que, como tantas otras castellanas, está porticada y presidida por el Ayuntamiento, construido en el siglo XIX en estilo neoclásico. Aquí también se encuentra la iglesia de San Juan del Mercado (siglo XII-XVI), uno de los templos más antiguos de la ciudad, una joya románica con tres portadas y el tímpano donde se representa la Adoración de los Magos. En el interior destacan las pinturas del ábside central y su retablo hispano-flamenco.

Finalmente, y detrás de la plaza, debemos mencionar el Hospital de la Piedad (siglo XVI), fundado por Don Alonso Pimentel como hospital de peregrinos. En él llama la atención su bella portada renacentista con influencias góticas. Un altorrelieve representa La Piedad, flanqueado por los escudos de los fundadores y una concha que lo identifica como descanso del peregrino. En su interior se encuentra el sepulcro de Don Juan de Pimentel, sobrino del fundador.

La “burguesa” Casa de Solita

Se trata de un representativo palacete de la burguesía de principios del siglo XX, emplazado junto al mirador de la Mota. Fue mandado construir por el hacendado y senador Felipe González Gómez en 1904, obra del arquitecto Segundo Viloria Escarda, y es un ejemplo representativo de la arquitectura de calidad de principios del siglo XX. Se inspira en los modelos arquitectónicas del Madrid burgués. Las tres plantas del edificio responden a un mismo esquema, si bien en la principal se sustituyen los ventanales por balcones. El inmueble está dividido en tres plantas más sótano y azotea, resaltando sobremanera la nobleza de la primera planta. En ella sus munificentes salones burgueses se hallan decorados con pinturas de paisajes o escenas orientales, motivos geométricos y florales en los techos, y excelentes labores de vitrería, de rejería y azulejos. En la actualidad se destina a usos culturales y alberga la Biblioteca Pública Municipal.