Bodega Hacienda La Princesa es una empresa especializada en la elaboración de vinos mezclando cualidades del “chateau francés”, el caserío vasco y el cortijo manchego donde se fusionan intensos aromas, color y sobre todo sabor a unos vinos de calidad inigualable. Situada a los pies de la Sierra del Peral, cerca de Valdepeñas, lugar idóneo para el cultivo vinícola que aporta a la uva unas características peculiares.

Entrevista con Juan María Juanmartiñena Lasarte, Gerente

Pregunta.- Para empezar a conoceros, ¿dónde estáis situados y cuánto tiempo lleváis con la actividad empresarial?
Respuesta.-
Nuestra bodega está ubicada en Valdepeñas, en concreto en la Carretera San Carlos del Valle kilómetro 8. Somos una empresa de carácter familiar y la bodega está situada en un antiguo caserón a los pies de la Sierra del Peral, en un enclave privilegiado, con un microclima excepcional que confiere a las uvas, base de nuestra producción vinícola, unas características peculiares. La finca en la que desarrollamos nuestra actividad, la Hacienda La Princesa, tiene 180 hectáreas de las cuales el 25% se dedican al cultivo de la vid y 30 hectáreas al olivar. En funcionamiento llevamos desde el año 2007.


P.- ¿Y cuál es el proceso de elaboración de vuestros vinos?
R.-
Nuestros vinos de terruño surgen de los cultivos en parcelas pequeñas con características muy peculiares. A esos espacios los denominamos “debir” que se convierten en zonas con caracteres singulares que nos permiten identificar la uva y las particularidades del producto que se obtiene en cada espacio. Pequeños espacios en un territorio mayor que identifican suelo, condiciones de orientación y cuidados del cultivo. Rodeada por nuestros viñedos, la construcción de la bodega está orientada hacia un procesado de la uva y del vino lo más natural posible y un proceso industrial económico en energía y agua.


Las características de nuestras cepas son la base para la obtención de un producto final de gran calidad. En un suelo rojizo y pedregoso, rico en minerales, cultivamos uvas ideales para conseguir los caldos añorados. Buscamos un fruto que no se caracteriza por su cantidad, al que tratar con mimo sin usar fertilizantes, con la menor cantidad de agua necesaria, utilizando abonos naturales y un proceso de poda en verde muy cuidado.


Durante el proceso de vinificación, aplicamos la tecnología de los Chateaux, con depósitos de pequeño volumen, equipados de un control de temperatura preciso. Estos depósitos son de hormigón para una mejor inercia térmica que permite ahorrar energía y una mejor calidad de elaboración. Se busca también el mayor respeto al vino, con el empleo de levaduras naturales, limitando al máximo los bombeos y trasiegos.


Relativo a la crianza, con el fin de trasferir los taninos y aromas más elegantes del roble al vino, solo utilizamos barricas de roble francés, eligiendo cuidadosamente el bosque de origen, la finura de los granos y el tostado. Actualmente contamos con un parque de 200 barricas, en dos capacidades diferentes, de 225 litros y 500 litros.


P.- ¿Qué vinos comercializáis en estos momentos?
R.-
Elaboramos tres variedades de vino: Debir Gala (tempranillo), Debir Sucunza (tempranillo y merlot) y Chardonnay Gala fermentado en barrica. Vinos bajo la Indicación Geográfica Protegida (IGP) “Vino de la Tierra de Castilla” que han sido reconocidos con distintos premios y menciones.


De nuestros tintos señalar ese color granate oscuro con ribetes violáceos y púrpuras, una fase olfativa franca e intensa (asomando matices de frutos negros -zarzamora, mora, regaliz-, toques torrefactos y aromas de fruta fresca. Al gusto son caldos aterciopelados, con taninos agradables perfectamente integrados con la fruta, sutiles de tostado de roble.


De nuestro blanco Chardonnay, criado sobre lías, apuntar su color amarillo oro con reflejos verdosos, y al olfato suaves notas tostadas acompañadas de algo de mantequilla, suaves notas florales y una interesante carga frutal (piña madura y pomelo). Al gusto resulta untuoso con una excelente acidez.


P.- ¿Y qué me puedes decir de la bodega?
R.-
Nuestra bodega se encuentra en un edificio sencillo, adaptando todo el espacio interior a las necesidades del funcionamiento de la actividad. De planta rectangular se accede dejando a un lado la zona concreta de la bodega y al otro la zona de embotellado. Junto a estos espacios, el laboratorio y un lugar para los procesos administrativos. Quizá el lugar con más encanto lo tenemos bajando unas decenas de escalones hasta alcanzar una profundidad de más de 6 metros. Se trata de nuestra gran ‘Sala de Barricas’. Un espacio que alcanza los 50 metros de largo, con unos grandes pilares centrales, que conforman un sitio cuasi mágico donde se respira esa eterna unión de las necesidades humanas con lo que la sabia naturaleza es capaz de proporcionarnos si la tratamos con el respeto debido.


Si algo llama la atención son nuestros depósitos de hormigón que contrastan con los depósitos de acero inoxidable frecuentes en las bodegas del entorno. Los depósitos de Bodega Hacienda La Princesa son típicos de Francia y fueron traídos uno a uno desde el país vecino hasta nuestro enclave manchego.

Texto y foto: Ayer&hoy