En un sistema sanitario fuerte y consolidado, la salud de la población no es solo tarea de los médicos. Es fundamental recordar que la corresponsabilidad entre ciudadanos y profesionales de la salud es clave para mantener y mejorar la calidad de nuestra atención médica. La implicación activa de los ciudadanos es esencial para preservar nuestro sistema, que ha sido puesto a prueba durante la pandemia por el Covid-19.
La Atención Primaria es el pilar de nuestro sistema de salud. Sin embargo, su desarrollo se ve limitado por la falta de recursos. La pandemia de COVID-19 ha agravado esta situación, dejando a nuestros profesionales sobrecargados y sin el apoyo necesario. Más del 50% de las visitas a urgencias hospitalarias podrían resolverse en los centros de Atención Primaria, lo que resalta la necesidad de que los ciudadanos reconozcan la importancia de esta especialidad y su fortalecimiento.
Los ciudadanos tienen derechos, pero también obligaciones. Para cuidar del sistema sanitario, es crucial que colaboren en el uso adecuado de los recursos. El incremento de visitas a urgencias ha sido notable, con un aumento de hasta el 30% en algunos casos. Es comprensible que se busquen respuestas a problemas que podrían ser tratados en Atención Primaria, especialmente ante las listas de espera actuales, pero esta no es la solución.
Los servicios de urgencias están sufriendo una tensión creciente, lo que genera preocupaciones sobre su capacidad de respuesta. Casi el 70% de los pacientes que llegan a estos servicios lo hacen por iniciativa propia, lo que subraya la necesidad de educar a la población sobre el uso adecuado de estos recursos. La saturación de urgencias no solo pone en riesgo la atención a quienes realmente la necesitan, sino que también afecta la calidad de la atención general que se puede ofrecer.
Como Colegio de Médicos, nuestra misión es velar por la salud de la población y defender los intereses profesionales de nuestros colegiados. Nos comprometemos a promover la dignidad y el prestigio de la profesión médica, así como a colaborar con los poderes públicos para garantizar el derecho a la protección de la salud de todos los ciudadanos. Esta labor incluye la educación y concienciación de la población sobre la importancia de utilizar adecuadamente los servicios sanitarios, especialmente en lo que respecta a la atención primaria y a los servicios de urgencias.
Cuidar de nuestro sistema sanitario es una responsabilidad compartida. Los médicos estamos aquí para atender y guiar, pero necesitamos la colaboración activa de todos los ciudadanos. Solo así podremos asegurar la calidad de la atención que todos merecemos. La creación de una cultura de corresponsabilidad beneficiará tanto a los profesionales como a la salud de la población en su conjunto.
Invito a todos a reflexionar sobre su papel en este sistema y a actuar con responsabilidad. Juntos, podemos construir un sistema sanitario más fuerte y efectivo, donde cada uno asuma su parte en el cuidado de la salud colectiva. Los responsables de los servicios de salud también enfrentan un reto crucial. Su colaboración es fundamental para mantener la sostenibilidad del sistema y para promover activamente el cuidado de la salud de la población.