La Organización Colegial Veterinaria reivindica su carácter sanitario y recomienda conocer y respetar las normativas vigentes en Sanidad y Bienestar Animal, ya que todas ellas están encaminadas a vigilar la convivencia y la salud de la Sociedad y del Medio Ambiente.
La profesión se enfrenta a continuos retos en pro de la mejora de estos aspectos y realiza grandes esfuerzos para llevar a cabo de forma exitosa su misión pese a los escollos de tipo económico, administrativo o social que se pueda encontrar.
Los veterinarios son los verdaderos conocedores, desde el punto de vista científico y técnico, de la aplicación de las medidas en salud y bienestar de los animales además de asegurar la calidad de la producción de las materias primas que generan para el consumo humano.
Los consumidores deben estar tranquilos cuando eligen un alimento de este tipo, ya que ha sido previamente vigilado en su origen y sometido a un control de trazabilidad por parte de un veterinario. Esta labor asegura el Bienestar Social de la población.
Los cambios de mentalidad de la Sociedad con respecto a un mal entendido bienestar animal no deben impedir que olvidemos la transcendencia que supone para la ciudadanía el deterioro o la desaparición de los procesos de Producción Animal.
Los sectores ganaderos han alcanzado las máximas cotas de productividad gracias a la introducción de profundos cambios en la sanidad, la alimentación, el manejo, la mejora genética y bienestar de los animales. La actividad generada garantiza la conservación de la naturaleza y el bienestar del medio rural.
Tampoco podemos olvidar el cuidado del Medio Ambiente. El control de la fauna silvestre y su convivencia con la ganadería es fundamental para evitar la aparición de determinadas enfermedades que son consideradas zoonosis u otras que pueden afectar de forma significativa a sus producciones.
Sin embargo, no se deben alcanzar las máximas cotas de “bienestar humano” a costa de la falta de respeto a la Naturaleza, aunque tampoco podemos dejar de valorar todos los aspectos positivos que desde el punto de vista sanitario, social, alimenticio y de desarrollo se han logrado buscando el equilibrio en la utilización de los recursos.
Es importante realizar una tenencia responsable de las mascotas, pero sin caer en el antropomorfismo. La empatía desproporcionada generada actualmente entre la población hacia los animales es un riesgo que, a medio y largo plazo, puede suponer un problema de convivencia, al desconocerse los límites del bienestar entre ellos y las personas. Hay que señalar la responsabilidad social que adquieren los propietarios cuando se comprometen en el cuidado de un animal.
Las instituciones veterinarias tratan de evitar el intrusismo profesional que tanto daño hace en la Sociedad y trabaja para dar la máxima difusión de su actividad, educando y concienciando a la población de la importancia del control y cuidado adecuado de la sanidad y el bienestar de los animales, pero también en todo lo referente a sus producciones y a la conservación del medio natural.