Mucho más que un estanco con décadas de historia en La Solana

Tomás Velasco Serrano, nacido en La Solana en el año 1928, comenzó su afición en el mundillo de la compra-venta allá por los años 40. Tras realizar estudios como agente comercial, durante un periodo de tiempo, maleta de madera en mano, iba al rastro de Madrid a vender pendientes y artículos similares. A su vez, tal vez unos cuantos años antes, ayudaba a su madre en un pequeño estanco del que disponían en la Avenida de los Mártires en La Solana, actualmente conocida como calle Carrera, pero que durante el régimen de Franco tenía esa denominación.

Tras un tiempo realizando compra-venta en el rastro de Madrid, decide asentarse definitivamente en el estanco. Como dato curioso, este estanco a su vez era una fonda, la “Fonda Española”, donde se hospedaban viajantes y toreros de la época cuando llegaban las fiestas del pueblo. De ahí, que todos, o casi todos los solaneros, conozcan este estanco como “El Estanco de Fonda”.

Tomás Velasco era una persona inquieta, adelantada a su tiempo, le gustaba innovar, le gustaba traer cosas nuevas a su establecimiento, incluso mucho antes de que otros las tuvieran. Poco a poco fueron incorporando nuevos productos; prensa, fotocopias, papelería, etc.

En los años 80, el establecimiento cambia de ubicación, justo enfrente, pero siendo un local mucho más amplio y moderno. Comienzan entonces a introducir muchos más productos; fotocopias a color, mucha más prensa, artículos y disfraces en fechas señaladas como carnaval o juguetes en la época navideña.

En la fachada del estanco antiguo, los niños que visten igual son Francisco y Eugenio, hijos de Tomás y Francisca durante los años 80. Centro: El borrico “Sabañones”, quien repartía el tabaco a los estancos, entre ellos el de Tomás, en los años 60. Dcha.: Participación de Lotería Nacional del año 1972 que Tomás Velasco vendía en su establecimiento.

Otro dato curioso a resaltar, es que llevan vendiendo lotería de Navidad desde hace más de 40 años, incluso han estado a punto de dar premios muy importantes. Algo que comenzó como un “añadido” más al establecimiento, pero que perdura con los años y muchos son los solaneros, y foráneos también, que llegan buscando el número de lotería navideña del “Estanco de Fonda”.

Realmente, muchas son las curiosidades con las que cuenta este establecimiento, de hecho, han sido pioneros en muchas cosas, por ejemplo, hubo una época en la que, con una máquina artesanal que compró Tomás, grababan los logotipos de las empresas, discotecas, pubs, bares, etc., en cajas de cerillas, si sí, cajas de cerillas que esas empresas regalaban a sus clientes como obsequio. Igualmente fue el primer establecimiento que contó con una máquina para pasar discos de vinilo a casete, es decir, grababa los vinilos en cintas para que luego sus clientes pudieran escuchar la música en sus radiocasetes.

Y es que, este estanco no era solo un estanco, conforme vamos leyendo vamos dándonos cuenta de que ofrecía una gran variedad de artículos, es más, también fue un videoclub, pero no porque dejaran el estanco o las fotocopias o la papelería de lado, no, sino que era un elemento más del establecimiento, el alquiler de películas. Sin duda, un establecimiento que se iba adaptando a las demandas del mercado, incluso con una visión adelantada a un futuro próximo.

Y siguiendo con datos curiosos, Tomás también fue pionero en realizar postales con imágenes de La Solana, algo que tenía en exclusividad y que eran muy demandadas por su clientela.

Como anteriormente mencionábamos, el “Estanco de Fonda” no era solo un estanco, de hecho, ha sido y es conocido como “el corte ingles solanero” al disponer de tantos y tantos artículos, ya sea por temporadas o continuamente en su establecimiento. Es más, una anécdota más que destacable es que fue el primer establecimiento en vender preservativos a pesar de la prohibición de algunos farmacéuticos y de la moral de algunas personas en aquellos tiempos. Tal vez por ello, ya que a muchas personas les daba “vergüenza” ir a la farmacia, previno muchos embarazos no deseados.

Izq.: Tomás Velasco y su mujer, Francisca Martínez, con su sobrino en brazos en las puertas del estanco a mediados de los años 90. Dcha.: Fachada del estanco en la actualidad.

Pero esta historia llena de anécdotas cuenta también con otros pilares fundamentales, la de su mujer Francisca Martínez y sus hijos Eugenio y Francisco, que siempre han estado al pie del cañón apoyando a Tomás. El primero de sus hijos, Eugenio, se incorporó al negocio familiar en el año 1990 tras terminar los estudios de EGB, lo tenía claro, él quería trabajar junto a sus padres. Y similarmente ocurrió lo mismo con Francisco, que tras finalizar el servicio militar en el año 1996 también se incorporó al negocio. Ambos son, junto a su madre Francisca, que sigue presente cada día en el establecimiento, quienes llevan la voz cantante y el legado que les dejó Tomás, pues éste falleció en el año 2010, pero dejando un gran legado tanto a sus familiares, amigos y clientes.

Muchas son las personas que han pasado por este establecimiento a lo largo de todas estas décadas, conocido por todos los solaneros y solaneras, y que a día de hoy, sigue innovando, adaptándose a los tiempos, continuando con la venta de tabaco, prensa, papelería, juguetería y artículos de carnaval y modernizándose con el paso de los años.

Estanco Tomás, o el “Estanco de Fonda”, es un local emblemático al que aún le quedan muchas anécdotas por contar.

Texto: Juan Diego García-Abadillo Orea

Fotos: Estanco Tomás