Cinco décadas prestando un servicio sanitario de calidad y ejemplo de lucha en defensa de los intereses de una sanidad pública, gratuita y de calidad

El Hospital “Virgen de Altagracia” de Manzanares fue el primer hospital comarcal que se construyó en España en los años 70, seguido del de Aranda de Duero en Burgos y, posteriormente, se construyeron otros como son el de Valdepeñas y el de Puertollano. Por aquel entonces se valoró como muy importante la necesidad de que, en territorios tan amplios y con una baja densidad de población, era necesario acercar un recurso tan relevante como es la atención sanitaria avanzada a toda la población.
El “Virgen de Altagracia” nació fundamentalmente con vocación de maternidad, además de contar con un área de hospitalización general. Desde el primer momento, la misión de este hospital era la del “abrazo protector y vocación de cuidado” que, además, se ha convertido en la imagen corporativa del área sanitaria integrada de Manzanares y que se puede comprobar apreciando la escultura de la maternidad que preside la entrada del recinto hospitalario.


Lo que comenzó siendo un pequeño hospital, se fue ampliando y consolidando en su actividad, diversificando servicios, elevando la calidad asistencial conforme a la propia evolución de las necesidades de la población y a la propia capacidad técnica y tecnológica de la actividad sanitaria.


Parece que fue ayer, pero ya han pasado 50 años desde que el día 2 de mayo de 1972 se abrieran las puertas al público de este hospital. Algo que se hizo realidad gracias, por un lado, a que Don Blas Tello, natural de Manzanares, y por aquel entonces un político de muchísima relevancia en nuestro país, quiso que en su pueblo hubiese un hospital. Y por otro, a Don Emiliano García-Roldán, que fue el alma máter de este hospital, jefe de medicina interna y primer Director Médico del centro.


En sus inicios, el hospital contaba con una plantilla de 15 médicos y 6 enfermeras, estas últimas reclutadas de los ambulatorios de los pueblos cercanos, algo mayores y sin ninguna experiencia hospitalaria, pero que, con dedicación, con esfuerzo y con mucho trabajo lo dieron todo por el hospital. La jefatura y supervisoras de enfermería estaban dirigidas por religiosas que incluso vivían en el hospital.

Izq.: Comienzo de la construcción del Hospital en el año 1971. Centro: El ministro de Trabajo, Licinio de la Fuente, y el alcalde, Pedro Capilla, junto a Blas Tello y Emiliano García Roldán, entre otras autoridades, inaugurando oficialmente el hospital. Dcha.: Inauguración del Hospital “Virgen de Altagracia”.


Por aquel entonces, el centro solamente contaba con 45 camas distribuidas en dos plantas de hospitalización. Una de ellas dedicada exclusivamente a pediatría y paritorio, con 22 nidos para los recién nacidos y, en una zona anexa pero independiente, dos incubadoras. La otra planta era un autentico batiburrillo, con enfermos de medicina interna, pacientes de cirugía, traumatología, otorrinolaringología, oftalmología… y por supuesto, niños. En definitiva, algo un poco caótico.


Como caóticas eran las guardias médicas, ya que faltaba personal y no sé cobraba nada por ellas, iban incluidas en el sueldo. Tras largos cinco años, las autoridades se dieron cuenta que era totalmente imposible atender sanitariamente a poblaciones como Manzanares, La Solana, Membrilla, Alhambra, Tomelloso y Argamasilla de Alba, faltaban camas y faltaba personal. Hay que tener en cuenta que por aquellos años Tomelloso no tenía Hospital y en Alcázar de San Juan funcionaba uno al que los mismos alcazareños lo denominaban el “hospitalillo” y que disponía de 15 o 20 camas solo para partos. Por todo ello, era lógico que se autorizase una ampliación, como así sucedió, pasando de 45 a 110 camas, e incrementando el personal a todos los niveles y los servicios cada vez más completos.


Las décadas de finales de los 80 y principios de los 90 fue todo un torbellino de buenas sensaciones con el hospital a pleno rendimiento. Llegaron nuevas especialidades al centro como neurología, endocrinología, oncología, neumología, urología, dermatología, la unidad de endoscopia digestiva o la anatomía patológica. La ampliación de todo tipo de facultativos, así como del servicio de rehabilitación, de radiología o del laboratorio hizo que la labor asistencial fuese extraordinaria. La media de nacimientos al año, que era de entre 900 y 950, estaba muy por encima de otras poblaciones como Valdepeñas o Puertollano. Siendo el índice de ocupación hospitalaria en aquella época por encima del 85%, en definitiva, un hospital provechoso. Aunque no siempre fue así, ya que poco después el hospital sufriría una situación adversa.

Izq.: El Hospital “Virgen de Altagracia” recibiendo la Medalla de Oro de la Ciudad. Centro y dcha.: Dos manifestaciones realizadas por el hospital. Por un lado, reclamando la autonomía y segregación total de “La Mancha Centro” en el año 2006, y por otro, en contra de la privatización en el año 2012.


Adversa porque, tras la inauguración del Hospital “La Mancha Centro” de Alcázar de San Juan en el año 1994, cuatro veces mayor que el de Manzanares, el Hospital “Virgen de Altagracia” pasó a formar parte del área sanitaria de Alcázar de San Juan, y con ello, del Complejo Hospitalario “La Mancha Centro” en 1996. Algo que no se vio con buenos ojos y que no cumplió con las expectativas sanitarias que se proponían, ya que, más que beneficiar al “Virgen de Altagracia”, lo perjudicó. Tras diez años de lucha para independizarse de “La Mancha Centro” y tras una manifestación convocada por la Plataforma de Trabajadores y Usuarios del Hospital “Virgen de Altagracia” en el año 2006, en la que salieron a la calle más de 10.000 personas de toda la comarca reclamando la autonomía y segregación total del Complejo Sanitario “La Mancha Centro”, se hizo oficial su separación.


Pero aún llegaría algo peor con la inauguración del Hospital General de Tomelloso en el año 2007, ya que, con la bajada la actividad asistencial de Manzanares en los siguientes años, el hospital pasó por momentos muy críticos que lo hacían casi inviable. En ese momento se llegaron a plantear tres opciones: que funcionase solamente para la atención de enfermos crónicos de toda la provincia; privatizarlo (la opción más valorada); o cerrarlo.


Ninguna de ellas se llevo a cabo, y al igual que ocurriera en 2006, varias fueron las manifestaciones y la recogida de miles de firmas de los vecinos de la zona en contra de su privatización durante los primeros años de la década de 2010.


Cabe recordar, que el hospital ha sido capaz de dar la mejor respuesta sanitaria a múltiples situaciones de emergencias sanitarias, demostrando su fortaleza y capacidad de respuesta ante situaciones excepcionales como el accidente del tren Talgo acaecido en Manzanares en el año 1978, o más recientemente, dando respuesta en el año 2015 al mayor brote de legionella de la historia documentada ocurrido en Manzanares o su capacidad de implicación y empatía con toda la población y su comarca en la pandemia sufrida por la Covid-19.

Nueva zona del hospital creada en el 2008 donde se aprecia la escultura de la maternidad que preside la entrada del recinto.


Durante todo este año 2022, y bajo el lema ’50 años de vida’, varias han sido las iniciativas que se han llevado a cabo para conmemorar todos estos años, como la exposición fotográfica ubicada en el hospital en la que se mostraban los momentos más representativos de estas cinco décadas o el acto institucional que tuvo lugar en el salón de actos del propio hospital en un encuentro en el que se repasó la historia del centro.


Y, para culminar un año cargado de recuerdos y emociones, y tras su aprobación en pleno del Ayuntamiento de Manzanares de manera unánime, el Hospital “Virgen de Altagracia” de Manzanares recibió la Medalla de Oro de la Ciudad (la quinta en su historia y la primera que se otorga a una institución) en reconocimiento a sus 50 años de vida, a su modelo de gestión como hospital comarcal de referencia y a la calidad humana de sus profesionales en una emotiva gala que se celebró en un abarrotado Gran Teatro.


Texto: Juan Diego García-Abadillo. Fuentes: Prensa Sescam/Ayuntamiento de Manzanares/José María López Gómez/Gerencia “Virgen de Altagracia”. Fotos: Prensa Sescam