La Asociación Provincial de Empresarios de Libreros y Papeleros (APEPAL) se fundó hace ya casi una treintena de años, en sus inicios prácticamente la totalidad del sector estaba asociado, pero en la actualidad se encuentra atravesando un mal momento. Son pocas las empresas que siguen perteneciendo a la misma debido a la crisis que atraviesan los libreros, no solo a nivel provincial sino regional y nacional.

En la actualidad, la Asociación cuenta con 20 socios repartidos por toda la provincia y una Junta Directiva, de la cual formo parte como presidente, que está luchando para no desaparecer y poder tener voz en la Federación Regional de Papeleros y Libreros, y a su vez defender los intereses no solo de nuestros asociados sino de todo el sector. Aprovecho para animar a todos a seguir trabajando por un gremio que tanto está aportando a nuestra sociedad y que debe seguir haciéndolo porque, como decía Jorge Luis Borges, “Soy incapaz de imaginar un mundo sin libros”.

En los últimos años, nuestro sector se ha visto afectado por diversos problemas que están haciendo que muchas papelerías y librerías cierren; uno de ellos la crisis económica que ha sufrido nuestro país, pero puedo afirmar que ésta no ha sido la causa principal de este decrecimiento. A esto, se suma la pérdida de ventas en libros de texto y material escolar, debido al intrusismo que estamos padeciendo como consecuencia de la venta que hacen de estos materiales AMPAS, Colegios Concertados y Públicos. Todo ello, con la colaboración y el apoyo de las propias editoriales, que en su afán de introducir sus materiales en los colegios, saltándose los canales de distribución, venden directamente a estos colectivos, con el pleno consentimiento de la Consejería de Educación.

Los libreros solicitamos ya, a nuestros representantes políticos, una Ley que regule la venta del libro de texto pues nos encontramos con una competencia desleal, ya que los centros escolares se han convertido en librerías que generan unos ingresos, pero no pagan los impuestos correspondientes por tener un comercio abierto, ni salarios, pues no necesitan tener contratado personal para su venta.

Una de las principales campañas de las Papelerías y Librerías era ‘La vuelta al cole’ que servía para compensar la bajada de las ventas del resto del año. Pues debido a este desequilibrio de la balanza, pequeñas librerías se ven abocadas a cerrar, generando no solo una pérdida de puestos de trabajo para los pueblos que forman nuestra provincia, sino también lo que supone el cierre de estos comercios que dan vida a las localidades y que contribuyen a la conservación del patrimonio de nuestros cascos urbanos.

También pedimos a las editoriales un momento de reflexión, pues movidas por aumentar sus ingresos han puesto en lucha a este sector, han roto los canales establecidos para la venta intentando hacer que el librero desaparezca. Sin darse cuenta de que existen otro tipo de libros que no solo se vende en campaña escolar, sino que son atemporales, y para ello deben estar expuestos al público en las librerías. Y qué mejor asesor en la venta de un libro que el librero de toda la vida. Pues motivado por su saber, intenta hacer que el cliente haga de su compra una nueva experiencia.

Pero ante esta realidad gris por la que estamos pasando, no queremos caer en el abatimiento de ser una “especie a punto de extinguir” ni muchísimo menos. No nos podemos imaginar pueblos y ciudades sin librerías. Y ante nuestra insistencia ya hemos obtenido respuesta de la Consejería de Educación, que se ha comprometido a formar una comisión para trabajar y conseguir acuerdos que mejoren esta situación.

Nuestra provincia, Ciudad Real, en la que se encuentran las localidades protagonistas de la obra más leída y traducida del mundo ‘Don Quijote de La Mancha’, no puede permitir que un sector tan importante para el desarrollo de la cultura, imaginación y  creatividad de las generaciones futuras desaparezca, tanto por los nuevos hábitos de compra, Internet, plataformas de ventas, como por los problemas que hemos mencionado anteriormente. Para que esto no suceda, todos los que formamos parte de esta Asociación estamos trabajando para adaptarnos a estos nuevos retos que se nos plantean, y que los consumidores no tengan la percepción de comercios obsoletos, anclados en el pasado, sino como comercios que se renuevan día a día; intentando conjugar la experiencia del pasado con la innovación del presente y la mirada siempre puesta en el futuro.

Juan Ángel Martín de Lucía / Presidente de la Asociación de Libreros y Papeleros de Ciudad Real.