La empresa Marzasa está cerca de cumplir 40 años de andadura. Fue fundada en el año 1984 por Jesús Martín Zaballos tras la división de una anterior empresa que fundó junto a otro socio, la desaparecida Marzabu, una de las industrias más importantes de Manzanares que inició su actividad allá por la década de los años 50 dedicada a la fabricación de maquinaria agrícola, principalmente remolques.


Al poco tiempo de comenzar esta nueva andadura, sus hijos, Gabriel, Salvador y Alfonsi Martín Cano, tuvieron que hacerse pronto cargo del negocio, ya que lamentablemente su padre falleció apenas nueve meses después de haber echado a andar en esta nueva etapa. Eran jóvenes, pero la verdad les fue bastante bien, ya que desde entonces hasta hoy, y gracias a los valores que les había inculcado su padre, han llevado a Marzasa a ser una industria muy reconocida en su sector y que cuenta desde 2009 con unas modernas y amplias instalaciones con más de 33.000 m2, de los cuales, más de 7.000 m2 están dedicados a producción, fabricación, pintura y oficinas, en el kilómetro 171 de la Autovía A-4 de Manzanares.

Izq.: Jesús Martín Zaballos realizando pruebas en el campo con un tractor. Centro: Jesús Martín Zaballos caminando en el centro de la imagen entre varias personas y tractores. Dcha.: Antiguas instalaciones en la carretera de La Solana.


Los comienzos de Marzasa fueron más o menos en la línea de la desaparecida Marzabu, es decir, la fabricación de remolques agrícolas, llegando a ser de los primeros fabricantes -seguramente el primero- de remolques agrícolas.


A partir de ahí, la empresa comenzó a trabajar una nueva línea de negocio – la del sector militar- fabricando productos como carrocerías, aljibes para agua, etc., que compaginaban a su vez con la fabricación de maquinaria agrícola.


La década de los 90 supuso un cambio radical para Marzasa, por un lado, porque decidieron dejar de fabricar maquinaria agrícola, y por otro lado, por el comienzo de una nueva línea de trabajo, esta vez con la fabricación de cisternas para el transporte de mercancías peligrosas aprovechando la caída del monopolio estatal de petróleos que hasta entonces tenía la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos (CAMPSA) que contaba con una amplia red de instalaciones dedicadas al almacenamiento, así como diversos elementos de transporte como buques-tanque, vagones cisterna y camiones cisterna.


Comenzaba así una nueva etapa para Marzasa, aprovechando el nicho de mercado que se abría para la fabricación de cisternas para transporte de mercancías peligrosas, especialmente hidrocarburos, gasóleos y gasolinas, y potenciando a su vez su línea enfocada al sector militar.

Izq.: Desfilando en Fercam con un nuevo remolque basculante donde se ve conduciendo a un antiguo trabajador, Alfonso Rodriguez y, sentado junto a él, Gabriel Martín Cano. Dcha.: Salvador Martín Cano de pequeño junto a un coche Seat 1430.


De hecho, hay que destacar que, el primer contrato importante que consiguieron en el mercado militar fue el de la fabricación de 600 remolques militares, entorno a los 500 millones de las antiguas pesetas en el año 1993, algo que les hizo pegar un salto muy importante en este sector. Asimismo, han suministrado remolques militares en el norte de África y de Sudamérica, así como la realización de 150 cisternas para camiones URO, un camión específicamente militar que se fabrica en Galicia y que tenía como destino el ejército de Marruecos.


Unos años después, Gabriel, Salvador y Alfonsi vieron la posibilidad de comenzar una nueva línea para su negocio en el mercado aeroportuario con la fabricación de cisternas para la recogida de aguas residuales y para el suministro de agua potable para los aviones, así como remolques portacontenedores y portaequipajes para compañías como Iberia.


A día de hoy, Marzasa basa su actividad en tres campos diferenciados: Cisternas para el transporte de mercancías peligrosas, fabricaciones militares y fabricaciones para servicios de aeropuertos. Contando en la actualidad con más de 40 trabajadores -incluso en ciertas temporadas con más de 50- altamente cualificados y con formación constante. Dispone de la última tecnología en soldadura y maquinaria con control numérico, lo que le permite ser autosuficiente y controlar todos los procesos directamente.
Su organización interna está integrada por los departamentos de ingeniería, producción, administración, comercial y calidad, manteniendo una constante dedicación a las labores de I+D+i (Investigación-Desarrollo-Innovación), investigando y mejorando constantemente sus productos. Asimismo, Marzasa realiza todo el proceso de producción, desde la recepción de materias primas y componentes hasta el montaje final, adaptándose a las necesidades de cada cliente.

Izq.: Gabriel, Alfonsi y Salvador Martín Cano, actuales propietarios de Marzasa. Centro y derecha: Jesús Martín Zaballos en dos épocas diferentes en el recinto ferial de Fercam de Manzanares. En la foto de la izquierda saludando al Gobernador Civil de la época y, junto a él, Roberto Muñoz, gerente de la feria en ese momento. Al fondo con camisa de cuadros se aprecia también a su hijo Gabriel Martín Cano.


En sus diferentes campos, Marzasa está continuamente evolucionando. En el militar, por ejemplo, disponen de cuatro patentes, por lo que los contratos afectados por esas patentes se les adjudican directamente sin ningún tipo de concurso, ya que son los únicos fabricantes que pueden hacerlo. Asimismo, en cuanto a lo que calidad se refiere, además de la ISO 9001, están certificados por la OTAN con la normativa PECAL, una certificación imprescindible para la contratación con el Ministerio de Defensa. Por lo que, están sujetos a una doble normativa, la civil y la militar, lo que les permite poder suministrar a cualquier país de la OTAN.


El año que viene Marzasa cumplirá 40 años desde su fundación, en la que, además, ya cuenta con una nueva generación de descendientes de los actuales gerentes que se han incorporado a la empresa en estos años, lo que hará, sin duda, que Marzasa continue a la cabeza y a la vanguardia en sus diferentes sectores durante muchas décadas más.


Texto: Juan Diego García-Abadillo. Fotos: Marzasa