Paulino Bueno SL. es una empresa dedicada a la producción y comercialización de productos relacionados con la alimentación. Este negocio familiar, situado en la localidad de La Solana se remonta a las primeras décadas del pasado siglo XX, trabajando en él varias generaciones, siendo el aceite de oliva virgen su principal actividad. Actualmente, en la calle Vara del Rey número 11, podemos encontrarnos la fábrica de harina, la envasadora de aceite y las oficinas, mientras que en el camino viejo de Alhambra están las instalaciones modernas para la elaboración el aceite.
Su fundador fue Juan Tomás Simón Ortega al que sucedió, y daría la nominación actual a la empresa, su yerno Paulino Bueno Naranjo. Pasadas varias décadas la dirección empresarial pasaría a los nietos del primero, e hijos de Paulino, Juan Tomás Bueno Simón, Alfonsa Bueno Simón y Néstor Martín Cepeda (casado con una nieta).

Con más de un siglo de historia la empresa empezó con el tradicional molino de harina en un principio movido por el agua de los ríos. Durante un tiempo el pionero de esta saga empresarial, Juan Tomás Simón, fue socio fundador de la cooperativa solanera La Unión, independizándose posteriormente. A partir de este momento la empresa familiar creó una bodega, ya desaparecida, y la fábrica de aceite.

Izq.: Juan Tomás Simón Ortega, fundador de la empresa. Centro: Paulino Bueno Naranjo (en el centro) con Juan Tomás Bueno (nieto) y Néstor Martín (esposo de una nieta), sucesión generacional en la empresa. Dcha.: Molino de aceite donado por la familia de Paulino Bueno que se puede ver en una de las rotondas de la localidad solanera. Foto de Sebas Candelas.

Además del aceite de oliva la empresa ha comercializado desde 1920 la popular harina de almortas, la materia prima para las tradicionales gachas manchegas. Durante décadas, y sobre todo durante la penuria de la posguerra, las gachas se convirtieron en un alimento básico para la subsistencia. El exceso de su consumo alertó a las autoridades de que podía provocar una enfermedad neurodegenerativa llamada latirismo, por lo que en 1967 se prohibió, o al menos se aconsejó su consumo moderado. En diciembre de 2018 una revisión por parte de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, tras una profunda revisión, concluyó que el riesgo para la población general del consumo de harina de almortas puede considerarse despreciable. La empresa solanera ha sido testigo durante más de un siglo de los devenires históricos de esta harina tan arraigada en nuestra región.

Relativo a la producción de aceite, la empresa produce su aceite oliva virgen extra a partir de aceitunas de las variedades Picual y Cornicabra. En la actualidad en la elaboración se siguen procesos continuos de centrifugación y el filtrado se realiza con filtros de papel, no de tierras; el hecho de que esta realización se haga exclusivamente a través de procedimiento mecánicos, sin añadir productos químicos, hace que se consiga un sabor afrutado, con olor fresco y profundo y un color que discurre por tonalidades de ligeramente verdosas a doradas.

Izq. y centro: Dos fotografías de Paulino Bueno Naranjo en distintas dependencias de la almazara. Dcha.: Entrada a las instalaciones de la empresa Paulino Bueno S.L.

Paulino Bueno S.L., que se modernizó en 1998 con unas instalaciones completamente nuevas y que sigue en constante progreso, intenta escapar de un producto estándar y anónimo ofreciendo un acabado con un toque muy personal, y por ello cuida cada detalle en la totalidad del proceso productor del aceite. Desde su recolección y traslado hasta la almazara donde, tras recepcionarse la aceituna, se procede con gran esmero a su limpieza, cribado y lavado. Pesada la aceituna es transportada a las tolvas de alimentación de los molinos donde será molturada y posteriormente batida, para proceder después a diferentes fases de centrifugación donde se irán eliminando impurezas, humedad y residuos. Como último paso antes del trasiego a la bodega se procede a la decantación física del aceite y, finalmente, un cuidadoso almacenamiento protegiendo el aceite de la luz y el aire para no alterar las excelencias que esconde este manjar líquido en su interior.

Una tradición secular mantenida de generación en generación a través de una familia amante de su tierra y con la vocación heredada por una producción donde la calidad y el estado higiénico-sanitario son objetivos empresariales primordiales.

Texto: Ángel Martín-Fontecha Guijarro Fotos: Paulino Bueno S.L