Más de cuarenta años de historia de una entidad que nació con vocación de cooperativismo para la regulación de los precios del pan en La Solana
El 10 de abril de 1981 se fundaba en La Solana la Sociedad Cooperativa del Pan “Rosa del Azafrán”. Sin embargo, no fue hasta unos meses después, concretamente el 18 de septiembre de ese mismo año, cuando pondrían su horno en funcionamiento para cocer pan por primera vez.
Las cooperativas, ya sea de cualquier tipo de sector, surgen, a veces en casos extremos, para la regularización de los precios del mercado. Es el caso de la Cooperativa del Pan “Rosa del Azafrán”, que nació con vocación de cooperativismo formándose a raíz de ver que, en La Solana, el precio de la harina estaba muy barata y el pan muy caro. Desde ese momento, el precio del pan comenzó a regularizarse y sigue vigente a día de hoy. El papel que jugó esta cooperativa en aquellos años fue clave para ello.
Esta cooperativa de consumo de pan comenzó su andadura de la mano de un grupo de personas encabezadas por Petronilo Arroyo, promotor del proyecto y primer presidente de la cooperativa, que veían una carencia en el producto, el servicio y los altos precios que por entonces había en La Solana en este sector.

En un principio, la idea era llevar a cabo una cooperativa de pan, una molineta para fabricar harina y abrir un economato, aunque finalmente solamente se desarrolló la cooperativa para el consumo de pan.
La primera gestora estaba formada por diez personas, seis de ellas de La Solana, dos de Membrilla y dos de San Carlos del Valle, siendo la base de lo que seria la junta directiva fundadora.
La Cooperativa del Pan “Rosa del Azafrán” se ubicó en la calle Águila, ubicación que mantiene en la actualidad. Para ponerla en funcionamiento se compró un solar de 800 m2 por el que pagaron algo más de 5 millones de las antiguas pesetas para, seguidamente, edificar la panadería. Una vez edificada, contrataron a cuatro profesionales para elaborar y despachar el pan, arrancando así su andadura empresarial que, en un principio, era solo para la venta de pan entre los cerca de 600 socios, más o menos la misma cifra que existe en la actualidad, siendo la mayor parte de la localidad solanera y algunos de localidades vecinas como Membrilla y San Carlos del Valle. Unos años después, al ver que se quedaban sin espacio, ampliaron con otros 400 m2 para utilizarlos como almacén de leña y, asimismo, ampliaron su venta a cualquier persona aunque no fuera socio de la cooperativa, eso sí, sin el descuento que la cooperativa aporta a todos los que son socios.

Por aquel entonces, el gremio de panaderos que existía en La Solana no vio con muy buenos ojos que se creara esta cooperativa. Asimismo, el sector panadero de la localidad celebraba reuniones sin contar con esta cooperativa, algo que se mantuvo en el tiempo hasta hace prácticamente unos 15 años, cuando el sector asumió que está cooperativa era una panadería más del pueblo y se veía que había mercado para todos.
En un principio, los socios de la cooperativa debían adquirir unas participaciones de cinco títulos de propiedad por cada miembro familiar, que se vendían por unas 8.000 pesetas. En la actualidad eso ha cambiado, ya que ahora solo se necesitan cinco títulos por familia para forma parte de la cooperativa. Asimismo, los socios solo podían legar los títulos a un solo hijo, pero eso también cambió, pudiéndolo heredar todos los hijos. Los tiempos han ido cambiando, y por eso, la cooperativa se ha tenido que ir adaptando para no perjudicar el negocio. Es más, la entidad no se mantiene de estas participaciones, sino de las ventas de sus productos.
Algo que también ha cambiado dentro de la cooperativa es la forma que tenían los socios de comprar el pan, ya que utilizaban una especie de cartones denominados “vales” que tenían que adquirirse en el banco y que era como una moneda de cambio para poder comprar los productos de la cooperativa. Aún se mantienen algunos, sobre todo para las personas mayores, pero en este sentido la Cooperativa del Pan “Rosa del Azafrán” ha sabido modernizarse, contando ahora con una moderna aplicación con códigos QR que automáticamente realiza las bonificaciones a los socios y los descuentos se aplican según el resultado económico.
Desde siempre, el pan ha sido la base del negocio, pero también se elabora cochura desde hace muchos años, tanto diariamente, como cuando llegan fechas señaladas como Reyes o San Marcos donde se elaboran los típicos roscones y hornazos.

La Cooperativa del Pan “Rosa del Azafrán” constantemente ha contado con una plantilla de unos 5 o 6 trabajadores fijos que se encargan tanto de la elaboración del pan y de los demás productos, así como de venderlo tanto en el despacho como en el reparto a domicilio.
La cooperativa ha llevado prácticamente una línea económica sana desde que comenzó su andadura, si bien es cierto, ha tenido altibajos en diferentes épocas, sobre todo en estos últimos años con la subida de precios en la harina, la electricidad, el gas, el combustible, el aceite… donde se ha notado mucho, aunque no así los precios del pan, ya que para mantener a los socios y a la clientela de todos los días no se puede subir el pan de la misma manera, se mantiene o se sube lo mínimo.
Texto: Juan Diego García. Fuente: Gaceta La Solana
Fotos: Cooperativa “Rosa del Azafrán”/Gaceta La Solana