Gonzalo Juliani. Ceo en Asesor Franquicia y abogado experto en gestión de redes de franquicia

Gonzalo Juliani. Ceo en Asesor Franquicia y abogado experto en gestión de redes de franquicia

Facebook es una fuente inagotable de sorpresas interesantes. Hace poco, trasteando mientras esperaba a que un cliente me recibiera, descubrí en mi tableta que un amigo había publicado esto: “Disonancia cognitiva: la teoría que explica el autoengaño”; y no he podido evitar hacer el paralelismo con el tema que a mí me ocupa, las franquicias.

La disonancia cognitiva se define en psicología como la incomodidad que experimentan los individuos cuando sus creencias o actitudes entran en conflicto con lo que hacen.

Esta incomodidad puede llevar a un intento de defender esas creencias o valores, incluso llegando al autoengaño, para reducir el malestar que a uno le provocan.

Aplicado a la franquicia, esto se traduce en que a la mayor parte de los franquiciados les cuesta reconocer su responsabilidad cuando las cosas no salen como se espera. El negocio no va bien pero no encuentro que yo tenga culpa. Pues una parte muy importante de dicha responsabilidad comienza en la fase de elección de la franquicia.

Los 4 típicos errores que cometemos al elegir la franquicia donde invertir:

– Falta de un análisis personal: Mucha gente escoge el concepto por gusto, pero realmente no se pregunta a sí misma si es la persona adecuada para gestionarlo o si tiene las habilidades y competencias como para hacerlo.

– Búsqueda ineficiente o ausencia de la misma: Antes de escoger dónde voy a poner mi dinero es importante comparar inversiones, retornos, planes de marketing, estrategias y servicios de la central de franquicias. No hay que dejarse llevar por las prisas y hacer un buen estudio comparativo.

– No medir bien la capacidad económica que se tiene para invertir: Es un mal mucho más común de lo que se cree y lleva a situaciones en las que la cuenta de explotación puede no soportar el coste de la financiación. Esto no lo aguanta ningún modelo de negocio, por bueno que este sea.

– Escatimar en asesoramiento: Curiosamente, existe cierta tendencia de quien va a elegir una franquicia a considerarse autosuficiente para ahorrarse dinero en abogados o expertos en franquicia que les aconsejen. Por eso, si algo sale mal después, la disonancia cognitiva de la que hablábamos ciega su juicio.

Parece como si no se quisiera oír nada negativo de una elección que, en el fondo, ya hemos hecho con el corazón más que con la razón. Luego vienen los problemas y entonces se cambian los papeles. Disonancia cognitiva pura y dura. Así, que, el mejor consejo es como el dicho: “Manolete, Manolete, si no sabes torear, pa’ que te metes”. Busca un buen asesoramiento profesional que no supondrá, en proporción, tanto dinero respecto a la inversión que vas a hacer.