A María Luisa Cabañero Sánchez de León (Puertollano, 20 de agosto de 1966) le gusta su trabajo de bombero, al que llegó casi por casualidad hace más de 30 años. En su profesión combina dos objetivos para ella muy importantes: salvar vidas y ayudar a los demás, y mantenerse en forma. Esto último se complementa con su otra pasión desde que era una niña: la natación, en la que ha llegado donde muy pocos lo han hecho, sobre todo en aguas abiertas y larga distancia, como el récord Guinness en la doble travesía del Estrecho de Gibraltar, sin neopreno, o las 24 horas en piscina, entre otros.

“Siempre hay que romper barreras y dar ejemplo a los que vienen detrás”

Pregunta.- ¿Por qué eligió ser bombero en vez de trabajar en una oficina o ser entrenadora de natación?

R.- Fue un poco por casualidad. Estaba estudiando COU y quería hacer Ciencias del Deporte y ese verano salió una oposición con 135 plazas de bombero, y un compañero que estaba dando cursillos de natación conmigo en la piscina y que se iba a apuntar, me dijo que había baremo también para chicas. Vi que superaba de sobra las pruebas físicas, porque yo en ese momento ya estaba compitiendo en natación a nivel internacional, y me presenté. En lo que peor estaba era en correr pero era totalmente factible hacer 10 kilómetros en 45 minutos. Pasé las pruebas físicas y la prueba cultural, luego un curso en el que hacían una criba y al final aprobé la oposición en 1987 y desde entonces estoy trabajando de bombero. Durante 29 años he estado en el parque de Almadén, luego en Daimiel y  ahora en Ciudad Real.

P.-  ¿Y es como se lo esperaba?

R.- Sí, creo que tanto el bombero como el policía están, estamos, para ayudar a la ciudadanía, socorrerla en un incendio, en un accidente de tráfico que es, quizá, lo más desagradable para nosotros. Pero estamos capacitados y preparados para desempeñar nuestro trabajo, hasta el punto de que si hay un fuego con gente dentro, tenemos que pasar a por ellos, porque lo primero son los ciudadanos antes que tú. Es una cuestión de concienciarse y saber cuál es tu trabajo y conocer las normas que debes cumplir. Probablemente no todo el mundo valga para ser bombero, pero yo no me arrepiento, es más, si volviera a nacer sería bombero porque me gusta, por todo, por los cursos que se hacen, escalada, riada…;  y porque me gusta moverme. Estoy encantada con mi trabajo.

P.- ¿Se ha tenido que enfrentar a alguna situación extremadamente grave?

R.- Desagradables muchas, pero realmente duras no. Algunas han sido reconfortantes al sofocar un incendio y ver que no hay gente dentro, o ir a un incendio en una casa en el que se supone que está fuera toda la familia, pero al final falta un niño que no contesta a las llamadas y lo descubres debajo de la cama… Lo más desagradable para mí sería ir a un accidente y que hubiese un amigo mío o niños, te acuerdas de los tuyos, pero no me ha ocurrido.

P.- ¿Qué opina de los clichés de que hay ciertas profesiones para hombres y otras para mujeres, un cliché que Vd. ha roto?

R.- Siempre hay que romper moldes y dar ejemplo a los que vienen detrás. La mujer está muy capacitada para hacer muchas cosas. Pensamos que en los bomberos solo está lo físico, hay que ser fuerte, pero creo que la psicología hace mucho, saber sobrellevar una situación difícil no es cuestión de fuerza sino de mente. Y creo que para eso las mujeres somos más sensatas. Aunque ser bombero es un trabajo muy en equipo y, ante una situación muy grave, hay que ir todos a una.

P.- Antes que bombero, en su vida estaba y está la natación. Ha cosechado récords Guinness, ha sido campeona de Europa, campeona del mundo… ¿Cuándo empezó y cuándo y por qué pararía?

R.- Empecé a nadar cuando era pequeña, me gustaba mucho nadar, me metí en el club de Puertollano. A los 10 años empecé a destacar. La larga distancia surgió por casualidad, mi entrenador Modesto Eiroa me veía capacitada para hacer larga distancia y empezamos a entrenar en el pantano de Montoro cuando aún se podía nadar allí. Recién cumplidos los 21 crucé el Estrecho de Gibraltar ida y vuelta y ya me enganché con las series mundiales, el Campeonato de Europa; obtuve el récord del mundo y Guinness de 24 horas nadando en piscina, hasta 1993 en que nacieron mis hijas mayores  y en el 95 me retiré porque los nadadores de largas distancias estamos un poco discriminados tanto en la Federación como en general. El Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha me dio un millón de las antiguas pesetas tras las 24 horas y me permitió poder asistir durante año y medio a series mundiales por Canadá, Italia, EE UU, Brasil, situándome en el séptimo lugar del ranking mundial… Pero decidí retirarme de las series mundiales y quedarme en España, donde gané el campeonato nacional en 1996, hice alguna travesía y luego empecé con los máster, que me los pago yo, pero son una vez al año, las series mundiales eran 6 o 7 viajes al año.

P.- ¿Pero el tema de las subvenciones sigue estando igual?

R.- Yo ya tengo 51 años y no entro en convocatorias, aunque el año pasado quedé tercera del mundo y el anterior fui campeona de Europa, por lo que creo que no estaría de más que al menos se me pagara el viaje. Este año he ido a Eslovenia y a Venecia, y voy a lo barato. La Junta me ha dado 500 euros. El año que viene el campeonato del mundo es en Corea del Sur.

P.- ¿Las dificultades de nadar en aguas abiertas son mayores que en una piscina?

R.- No tiene nada que ver. En Eslovenia íbamos cuatro en línea y nos dábamos sin querer, pero en la piscina no te pasa eso porque vas en una calle. En la piscina clavas la cabeza porque te guías, pero en aguas abiertas la tienes que sacar para orientarte, los ritmos son diferentes, en Eslovenia la temperatura estaba a 20 grados, y en la piscina no se mete nadie con esa temperatura…

P.- En el ámbito nacional ¿se siente reconocida? En televisión salen muchos nadadores olímpicos, de aguas abiertas pero no usted…

R.- Esto es como todo, Mireia Belmonte y David Meca tienen representantes que les orquesta que salgan en tal revista, programa o anuncio. Pero por la edad que tengo no puedo hacer nada de eso. Es importante a un nivel alto del deporte en general tener a alguien que te lleve estas cosas. Hace 20 años solo había representantes para los futbolistas. Cuando más discriminada me he sentido ha sido cuando he batido un récord Guinness como el del Estrecho o el de las 24 horas y no salía en el telediario, y veía otras cosas como el récord Guinness de un estadounidense por haber comido 27 hamburguesas ¡puff!

P.- Detrás de María Luisa seguro que hay mucha gente apoyándola…

R.- Mi madre Luisa ha sido el pilar fundamental durante todo el tiempo, ella ha estado en todos mis eventos y entrenamientos hasta el punto de venirse conmigo a Argentina, como entrenadora, donde la he tenido hasta 7 horas en una barca sin ir al baño. Mi madre ha venido conmigo a todo, cuando crucé el Estrecho estaba ahí a mi vera.

P.- Pero no contenta con dominar el agua, el fuego y la tierra, ya se desenvuelve bien también en el aire como piloto de globos aerostáticos…   

R.- En el 2000 me saqué el título de piloto, mi hermano vuela en ultraligeros y se compró un globo y me dijo que me hiciera piloto y como no digo a nada que no, pues lo hice. Dejé de volar un tiempo porque tenía que dedicarme a nadar. Ahora que me he hecho mayor lo he retomado, compito con los globos. Mi hija María también. Se trabaja, porque montar un globo cuesta, pero las competiciones son muy divertidas, voy a todos los festivales a los que me invitan. En México hay un festival en el que se juntan 200 globos y nos pagan todo. Hay varias pruebas donde tienes que jugar con los vientos, ir a diferentes alturas y velocidades para quedar cerca de la diana, es muy de estrategia y por eso es tan divertido. Aunque todo está digitalizado y todo el mundo va con la tablet, yo voy con mi brújula y mi mapa y me han regañado, pero a mí me llena más eso, ver coordenadas, apuntar vientos e ir viendo, de la otra manera solo vas mirando la tablet…

P.- Después de esto, si le propusieran ir a Marte, ¿qué diría?

R.- También, yo a todo digo que sí, algo bueno sacaremos.

P.- Por último, ¿cómo le gustaría que la recordaran y si se ha planteado escribir un libro de su vida y logros?

R.- Me han propuesto que escriba un libro pero no tengo tiempo. Me conoce mucha gente, aunque creo que más fuera que aquí, no soy profeta en mi tierra. Me hizo mucha ilusión cuando competí en el cañón del Sumidero, en Chiapas (México), y un periódico nacional mexicano sacó la noticia de mi triunfo. En cuanto a cómo me gustaría que me recordaran, como lo que soy, como la rompedora de esquemas tanto en el trabajo como en el  deporte.  Tengo un lema que siempre digo cuando doy charlas: “Si quieres, puedes”; si tú quieres una cosa, hazla, pero tienes que querer y creer que puedes hacerlo.

Texto y foto: Oliva Carretero