La ganadora de la segunda edición de Gran Hermano, fue querida y odiada. Con su dulzura y timidez se ganó a gran parte del público, pero muchos seguidores la consideraban “un mueble”.

Aunque finalmente superó a Fran García, el otro Gran Hermano de esta edición. Sabrina se llevó tres cosas de Gran Hermano: El maletín, el cariño del público y el amor de Ángel Tous. Después de unos meses de convivencia, decidieron dar un paso más y casarse, convirtiéndose en la primera boda entre dos participantes de Gran Hermano. Pero lo que parecía un matrimonio idílico terminó en divorcio, que se llevó a cabo en el año 2010. Ambos son padres de un niño y mantienen la cordialidad. Sabrina volvió a la televisión después de permanecer casi 10 años apartada del medio, y lo hizo para contar algunos detalles sobre la ruptura con Ángel.

A finales de 2016 decidió iniciar una aventura empresarial y lanzó al mercado una línea de perfumes un proyecto que la llevó a ampliar el negocio alquilando una nave industrial, tal y como ella misma ha contado en Twitter. Además, según contó en Sálvame, montó su propia página web, en la que vendía bisutería y bolsos.

Su tiempo libre lo invierte en hacer deporte y en escaparse por las playas de Málaga a correr. Lo cierto es que Sabrina Mahí ha sabido reinventarse y elegir una alternativa de vida que la hace muy feliz.

Foto: ESchismografo