Isabel López, natural de Almería, se embarcó en su negocio hace más de 25 años. Antes de llegar a Manzanares, Isabel trabajaba como administrativa contable en una empresa del sector de la construcción en su ciudad natal. Comenzó a los 17 años y, tras más de diez años, la crisis y la compleja situación de la empresa la dejaron en el paro.


Decidió entonces irse a Manzanares junto a su marido (por aquel entonces su novio) para comenzar una nueva etapa en su vida. En un principio buscó trabajo en la localidad, pero al ver que no era fácil encontrarlo y que el tiempo pasaba, reunió el valor suficiente para emprender con su propio negocio.


Comenzó entonces, junto a su marido, a buscar algún tipo de franquicia para poder ponerla en funcionamiento en Manzanares, decantándose por una que funcionaba muy bien en Almería: Modimel-la, gracias al asesoramiento de un amigo que contaba con varias tiendas de esta cadena y, además, porque disponía de un canon de entrada bastante asequible.


Abría así sus puertas Modimel-la, dedicada a la moda intima, en el año 1998. El comercio se encontraba en la calle Virgen de la Paz de Manzanares, donde permanecería unos cinco años hasta trasladarse a la calle Jesús del Perdón 46, su ubicación actual.


Durante los primeros años, Modimel-la iba bastante bien, era una franquicia española muy importante que llegó a tener 70 tiendas en toda España, hasta que la llegada del gigante asiático a nuestras vidas propició la caída de las ventas y la franquicia, que, como tantas otras empresas, empezó a venirse abajo. Hubo un declive muy grande y la franquicia no se pudo mantener. Isabel recuerda que la moda con la que contaba Modimel-la era muy fresquita y de calidad, tanto que algunas de sus clientas, incluso después de 25 años, le dicen que aún conservan prendas de entonces.

Arriba; Isabel junto a clientes y amigos en la reinauguración de Soloisa en el año 2016. Abajo; cartel compartido de Soloisa y Modime-la durante unos años antes de la transición total a Soloisa.


Tras el declive, la falta de servicio por parte de la marca y el aumento de la competencia en el sector de la ropa interior, empezó a cuestionarse la estrategia y situación actual,… reinventarse.


Por otro lado, Isabel llevaba un tiempo en el que se había dado cuenta de que su oferta de sujetadores no satisfacía las necesidades de todas sus clientas, ya que por aquel entonces la franquicia solo trabajaba con copa B. Isabel ni entendía ni tenía conocimiento de tallas y copas porque ese tipo de formación e información no la daba la franquicia, quien solamente proveía el material para vender. Asimismo, notaba que, muchas mujeres al entrar en el probador mostraban problemas de autoestima y de salud, llevando tallas incorrectas para sentir que entraban en el canon de la copa B.


A raíz de esto comenzó a investigar varias grandes cadenas emergentes en Ciudad Real capital, y descubrió que, a pesar de tener precios muy asequibles, todas ellas apenas ofrecían sujetadores más allá de la copa B. El contacto con un proveedor ingles le abrió un poco los ojos respecto a la necesidad de diversidad de tallas y copas y fue entonces cuando decidió comenzar a formarse en este sentido. Su objetivo pasó a ser la corsetería dedicada a la salud de la mujer, especializándose en Bra Fitting para conseguir que confort, sujeción y belleza se unan y desaparezcan los inconvenientes de un mal tallaje.

Mismo lugar con 20 años de diferencia. Izq.: Fachada del nuevo establecimiento en la calle Jesús del Perdón en el año 2003. Dcha.:; fachada actual de Soloisa


De esta manera, con las marcas y formación adecuadas comenzaba un periodo de transformación. Incluso durante unos años, en el rótulo de su fachada figuraba su nueva marca (Soloisa) y la de sus comienzos (Modimel-la), ya que esta última tuvo muy buena aceptación en la localidad y a su clientela le costaba desvincularse de ella. Hoy en día aún tiene clientas que siguen llamándola Modimel-la. Además, como anécdota, cuando la gente quedaba por esa zona decía aquello de “nos vemos en la esquina de Modimel-la”.


Finalmente, el 28 de abril de 2016, Modimel-la quedó en el recuerdo para dar paso completamente a Soloisa, un proyecto propio de Isabel para aplicar sus conocimientos adquiridos en el desarrollo del Bra Fitting.

Bra Fitting.- Es un hecho que muchas mujeres tienen numerosos problemas y molestias con su sujetador: 8 de cada 10 mujeres están mal talladas, a riesgo de sufrir dolores e incluso problemas de salud. Por suerte, hoy en día existen firmas de corsetería que se preocupan por ello invirtiendo en investigación e innovación para fabricar sujetadores que se adapten a esos problemas.
Son muchos los factores que hacen que el pecho cambie: la pubertad, la menstruación, el embarazo, la lactancia, la menopausia, el envejecimiento, algunos tratamientos médicos, el aumento o disminución de peso corporal, etc. Todos son cambios naturales que en mayor o menor medida toda mujer experimenta a lo largo de su vida. Incluso la práctica de ejercicio o trabajos bruscos puede afectar a un pecho mal sujeto.


No todos los sujetadores son adecuados para todos los tipos de busto. Antes de comprar un sujetador, es imprescindible conocer tu talla y copa, pero de verdad. Para eso se necesita un estudio personalizado, un Bra Fitting. Este servicio es ofrecido por bra-fitters profesionales como Isabel, formadas para asesorar a las mujeres en su elección de sujetador.


El sujetador no tiene una sola dimensión (talla), sino dos: talla y copa. La talla del sujetador se refiere al contorno de nuestro tórax por debajo del pecho, mientras que la copa hace referencia al volumen de la mama.


“Es una pena”, señala Isabel, “que la mayoría de las veces, las mujeres vengan en busca de un sujetador adecuado para ellas cuando tienen algún tipo de evento o celebración especial, cuando debería ser todo lo contrario y utilizarlo en su día a día. Pero es entonces cuando vienen buscando ese asesoramiento, que siempre doy gratuito e individualizado”, indica Isabel. “Sería impensable cobrarlo, ya que nadie voluntariamente lo pagaría como puede suceder en otras profesiones. Pero para mí, lo más importante y lo que más me gratifica de mi trabajo es ver que una clienta sale del probador contenta y con un problema solucionado”.

Izq.: Isabel junto a una de sus alumnas en curso de formación Bra fitting. Centro: Isabel en la fachada de Modime-la en la calle Virgen de la Paz. Dcha.: El interior del establecimiento. Año 1998


A veces pecamos de querer ahorrar un poco de dinero y no pensamos en nuestro bienestar ni en nuestra salud. Solo nos acordamos del pecho cuando queremos subirlo para que lo vean los demás, o cuando tenemos alguna duda o algún tipo de dolor. “Un pecho muy pesado causa problemas de espalda, genera migrañas, produce surcos en los hombros… El 50% de estos dolores en mujeres radican de problemas de pecho. Las mujeres deberíamos ser más consecuentes con nuestra salud”, indica Isabel.
Soloisa trabaja con tallas desde la 80 hasta la 130 de contorno y con copas desde la B hasta la J, incluso la K y mayores, con un montón de patrones, con y sin rellenos… para que la mujer pueda tener sujetadores para todas las facetas o etapas de su vida. En los últimos años de su formación se ha especializado en corsetería destinada a pacientes de cáncer de mama, ofreciendo sujetadores para mastectomía, con reconstrucción o sin ella. En este ámbito, su trabajo juega un papel crucial en la posterior recuperación de la autopercepción e imagen corporal de sus clientas.


Todos los conocimientos que ha adquirido Isabel a lo largo de los años, también los ha transmitido y transmite a través de charlas y eventos, tanto en Manzanares como en otras poblaciones. Asimismo, ha sido formadora en Bra Fitting en diferentes puntos de nuestro país, como Barcelona o Zaragoza, llevando incluso hasta Portugal sus conocimientos sobre cómo ser una gran bra-fitter. Y es que, son muchas las aptitudes a desarrollar para serlo: conocer el cuerpo de la mujer y las etapas por las que pasa, medir, familiarizarse con el producto y ofrecer un buen trato, empatía y asesoramiento individualizado. Así es cómo Isabel, desde el probador, continúa su labor por ofrecer un producto y un servicio personalizado acorde a cada mujer.


Texto: Juan Diego García-Abadillo Fotos: Soloisa