Sube la temperatura y aumenta la sed, es importante en esta época prestar atención a la hidratación. El cuerpo humano está formado por aproximadamente un 75% de agua. El cerebro contiene un 85% agua, la sangre un 82%, y los pulmones casi un 90%. El cuerpo es como una esponja, formado por trillones de células que absorben y retienen agua, por lo que ésta es una parte esencial en el funcionamiento del organismo. El agua es conductora de la electricidad, y como seres eléctricos que somos, necesitamos el agua para las funciones más importantes del cuerpo humano, como son la respiración, la circulación y la eliminación.
La deshidratación es una condición en la cual se bloquea la capacidad del cuerpo de auto sanarse. Por ello, la deshidratación afecta negativamente la presión sanguínea, el metabolismo, la digestión, la función de los riñones, etc.
Uno de los principales errores con respecto a la hidratación es que frecuentemente escogemos refrescos y batidos azucarados o edulcorados para satisfacer la sensación de sed, cuando por el contrario lejos de hidratar, deshidratan.
Es frecuente ver a los padres esperando a los niños a la puerta del colegio con los zumos de “brick y pajita” con la tranquilidad de pensar que llevan “energía, fruta y vitaminas” o a los consumidores de “refrescos light” que están tranquilos sabiendo que sus refrescos llevan “0 calorías”. Hay que saber algo más de este tipo de bebidas para poder así tomar mejores decisiones con respecto a lo que bebemos a diario.
A simple vista, podría parecer razonable que al ser el agua el componente principal de este tipo de bebidas pudiesen estar indicados para prevenir la deshidratación, especialmente en esta época del año, sin embargo varios de los componentes de estas bebidas en lugar de hidratar, deshidratan:
Los refrescos están carbonatados con ácido fosfórico, lo que se conoce como refrescos gaseosos. El ph de éstas bebidas es de entorno 2.5, es decir son alimentos muy ácidos y el cuerpo con la intención de reducir esos niveles utiliza gran cantidad de agua para eliminar este exceso de ácido a través de la orina, favoreciendo por tanto la deshidratación. El excesivo consumo de ácido fosfórico interfiere en el metabolismo de minerales como el calcio, favoreciendo la osteoporosis, además de favorecer la enfermedad renal y muchas otras patologías.
El alto contenido en azúcar de estas bebidas da lugar a muchos problemas de salud. Una lata de Coca-Cola contiene en torno a 6 sobres de azúcar, un zumo de brick o un yogur líquido suelen contener en torno a 2-3 sobres. El exceso de azúcar en sangre se elimina a través del riñón arrastrando una gran cantidad de agua y favoreciendo por tanto la deshidratación. El exceso de azúcar es además perjudicial por muchos otros aspectos como el sobrepeso, la diabetes, la enfermedad cardiovascular, etc.
Los edulcorantes artificiales se han puesto de moda en las últimas décadas sin embargo cada vez hay más voces que alertan de sus posibles efectos negativos para la salud. Recientemente la prestigiosa revista “Nature” ha publicado una revisión sobre el papel de estas sustancias como inductores de intolerancia a la glucosa y otros problemas metabólicos. Otros estudios asocian su consumo a la aparición de ciertas alergias, intolerancias y eczemas. Por tanto su consumo debe ser limitado.
Por otro lado las bebidas de “adultos” como el café o los cubatas tampoco son buenas opciones para hidratarse. El alcohol inhibe la hormona antidiurética, incrementando por tanto la producción de orina y favoreciendo la deshidratación. La cafeína tiene efecto diurético por tanto su consumo debe ser moderado.
Por tanto mi recomendación es beber agua como bebida principal y completar su consumo con frutas, verduras, hortalizas, zumos caseros, batidos de fruta, infusiones y gazpachos. El resto de bebidas debería ser consumido solo de forma ocasional.