Su peso específico es enorme, un 13% del Producto Interior Bruto, con más de dos millones de empleos directos, una gran repercusión económica y social, y eje vertebrador de nuestros pueblos y ciudades. El pequeño comercio está sufriendo en primera persona las consecuencias de la pandemia por la COVID-19. El apoyo al empleo a través de Ertes y los préstamos ICO están ayudando a mantener ese tejido, también las campañas de sensibilización y concienciación en prácticamente todos los municipios de España, pero el fuego sigue propagándose y la implicación que se reclama es de mayor calibre para aupar a este sector de gran magnitud e importancia vital para los territorios.

Desde el momento en el que en una comunidad o pueblo se produce algún intercambio de productos o mercancías ya existe una transacción comercial, de ahí que no nos aventuramos mucho si decimos que el pequeño comercio de uno u otro modo siempre ha existido, con todas las culturas, en todos los rincones del planeta y abasteciendo o cubriendo las necesidades, las carencias y, ¡por qué no! los gustos y caprichos de millones de personas. Se han superado crisis que han hecho mella en la actividad, con cierres, despidos, no se puede negar, pero el comercio a pie de calle continúa con la persiana subida. No obstante, la crisis de la covid-19 y ahora el nuevo estado de alarma con toque de queda no es algo más al ‘debe’ negativo de un comercio, es un reto mayúsculo ante el que nadie debe seguir pasivo, como bien subraya Noelia, directora comercial de un centro de entrenamiento: “O dejamos que la ola nos arrastre y nos sepulte debajo, o intentamos surfearla de la mejor manera”. Interesante también es la reflexión de Daniel García López, director de ICON: “A veces, la felicidad está a una distancia de diez euros, o a la que te separa de tus tiendas de confianza. Y más ahora que el mundo se ha hecho más pequeño y volvemos a hacer recados”.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de pequeño comercio? Bajo él están catalogados básicamente empresas de dos tipos, por un lado la de aquel empresario individual que efectúa la venta de bienes y servicios a pequeño nivel en el sector terciario y, por otro lado, la de aquellas empresas de responsabilidad limitada unipersonales, que adoptan la forma de sociedad con el objeto de desarrollar un negocio. Fiscalmente, el primero tributaría en el Impuesto de la Renta por actividades económicas, y el segundo el impuesto de sociedades, explica el economista y decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha, Juan José Rubio.

Es preciso igualmente tener en cuenta el número de trabajadores para tipificar este subsector, “se articularía en tono a un propietario-empresario y uno o dos trabajadores que le asisten, no más de cuatro empleados porque ya hablaríamos de mediana empresa”.

Situación.- Una vez definido el pequeño comercio, las diferentes fuentes consultadas califican la situación actual. Mientras unos hablan de “ruina”, otros apuntan a que se vive una situación “muy crítica”, o que el sector está “tocado”; no obstante, a renglón seguido, advierten que al comercio minorista le queda un largo recorrido, para lo cual se necesitarán grandes dosis de esfuerzo, imaginación y, sobre todo, de reinvención. Ya no vale, digamos, solo con la gasolina de siempre –trato personal directo, calidad de materia prima y producto, cercanía…-, hay que buscar otros carburantes. Así lo ve Mayte Carmona, directora del área de Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Ciudad Real que subraya que el sector, en general, está dispuesto a luchar y a seguir adelante para superar esta situación: “El comercio ha sufrido enormemente las consecuencias de la pandemia, aunque ya estaba algo tocado antes. No obstante, este panorama debe servir como catalizador de los cambios que se necesitan para poder seguir prestando ese servicio de calidad y cercanía que se asocia a nuestras tiendas y que, en mi opinión, pasan por una reinvención en la manera de tratar con el cliente y, por supuesto, por la digitalización”.

La voz del representante de la Federación Empresarial de Ciudad Real (FECIR), Jesús Quirós, también nos sitúa en la realidad del comerciante: “Para mí fue una prueba de fuego reabrir el 22 de abril tras el confinamiento y lo volverá a ser en el puente de Los Santos, estas Navidades o el próximo año pero sigo trabajando y seguiré haciéndolo; es muy importante seguir subiendo la persiana, poner una sonrisa al cliente y darle las gracias, que el consumidor valore el ímprobo esfuerzo del comerciante, que sepa que estamos dando ese plus, por lo que deberían respondernos de forma clara, que es acudiendo a nuestros bares y a nuestras tiendas en las importantes fechas que se avecinan y que para algunos comercios supone el 50% de la facturación de todo el año”. Explica Quirós que la Federación Empresarial está guiando al sector en todo lo que está a su alcance, indicándoles que adapten su horario de apertura, dándoles las herramientas que precisen para que el consumo se siga produciendo.

En opinión de la secretaria de la Asociación de Jóvenes AJE Ciudad Real, Noelia García Bellido, la idea grabada a fuego por el comercio es que la economía debe seguir funcionando para que todos salgamos a flote, cuidando al máximo, como se está haciendo, con las directrices de Sanidad garantizando la seguridad e higiene de consumidores y clientes, si bien expresa en alto lo que ya muchos piensan: “Sabemos que no podemos aspirar a tener el mismo ritmo que antes de esta crisis, pero queremos seguir manteniendo los puestos de trabajo, facturar aunque de forma ajustada sin perder dinero y evitar crear inseguridad para que la gente siga viniendo a nuestros establecimientos, que son totalmente seguros”.

Asimismo, la representante de los Jóvenes Empresarios de Ciudad Real marca un claro distanciamiento entre la compra a grandes plataformas online y la venta en comercios de proximidad, “la experiencia del consumidor no es la misma, los grandes distribuidores no siempre ofrecen un precio mejor, es una compra insegura porque no sabes lo que te vas a encontrar ni cuentas con el asesoramiento de un profesional con el que sí cuentas en tu establecimiento de confianza, la experiencia de compra va a ser más positiva en tu tienda más cercana desde todos los puntos de vista”.

Apoyos en torno al sector.- Pero los comerciantes no están solos. Administraciones, asociaciones empresariales, jóvenes emprendedores, cámaras… todos están arrimando al hombro, cada uno desde su ámbito y con su capacidad, están ayudando para que el barco siga a flote, remando en la misma dirección. Para el economista y decano mencionado, la administración tiene mucho qué decir en este asunto, actuando en varios frentes. Por un lado, ampliando al máximo los Expedientes de Regulación de Empleo (ERTES) en empresas en las que pueda garantizarse su continuidad o estatus a medio y largo plazo, “en una crisis de esta naturaleza es básico salvaguardar el tejido productivo y empresarial y, dentro de él, al pequeño comercio como alma y pulso vital de nuestros territorios”.

Además, el profesor menciona otras fórmulas de apoyo como líneas de financiación ICO privilegiadas para acceder a liquidez en condiciones preferenciales y/o incentivos fiscales a través de la reducción del régimen de módulos, aplicar un tipo impositivo reducido de forma transitoria o ajustar el tipo de imposición sobre el valor añadido… Sin embargo, el profesor Rubio recuerda que una reducción de impuestos a corto plazo supone un ajuste a medio y largo plazo para evitar que la deuda pública se dispare. Pese a todo el apoyo, calcula que en torno a un 20% de comercios podrían desaparecer en el conjunto del tejido nacional.

En Castilla-La Mancha, la estrategia a seguir en el pequeño comercio de las zonas rurales, en palabras de Juan José Rubio, es prioritaria para evitar el mal del despoblamiento, con medidas de carácter presupuestario, financiero y fiscal, vertebrando el territorio, creando comarcalizaciones y un entramado de demanda que permita mantener el comercio, “las políticas de desarrollo rural están íntimamente relacionadas con este sector, que debe ofrecer buena estructura y calidad”.

Internet, un aliado más.- A la pregunta de cómo será el pequeño comercio del futuro, Noelia García Bellido, secretaria de AJE Ciudad Real, niega en principio que este sector vaya a desaparecer y considera que la tienda futura será de tipo ‘mixto’, donde convivirán la vía física o presencial y la electrónica, “siempre va a haber comercio a pie de calle porque siempre vamos a tener la necesidad de tener algo de forma inmediata; cuando paseas, ves algo y lo quieres, porque vas a dar una sorpresa, porque lo necesitas o porque simplemente te gusta y te lo compras”. En este sentido, cree que a estas alturas sería de necios no valorar la importancia de la venta online –que ha experimentado un crecimiento durante esta pandemia, de un 20% o más, dependiendo de la fuente que se consulte-, a la que el comercio de zona debe subirse desde ya y trabajarla muy bien, “el futuro pasa por manejar bien las dos vertientes, la una sin la otra tampoco tienen mucho sentido, para atender a aquel consumidor que no tenga la costumbre de ir al comercio tradicional, como los jóvenes, pero también para seguir prestando esa atención detrás del mostrador y al cliente más acostumbrado a acudir de forma presencial”.

A este respecto, Rubio coincide en el fondo y en la forma, ya que para él esta pandemia por la COVID-19 no supondrá el final de este sector, ni mucho menos, pero sí marcará un antes y un después en su concepto, ya que por una parte, muchos pequeños negocios caminan ahora acelerados hacia el proceso de digitalización y el posicionamiento de su producto “para lo que es fundamental el soporte destinado al marketing digital, la calidad del producto y que éste sea realmente identificable”, subraya. Y por otra parte, los confinamientos parciales por los brotes de coronavirus y ahora el estado de alarma están redescubriendo el comercio de barrio, “hay consumidores que antes acudían a las grandes superficies y que ahora solucionan sus compras en la tienda de proximidad donde además de un producto de calidad ajustado a las necesidades del entorno, cuenta con precios bastante razonables, sobre todo en productos frescos”. Así lo corroboran algunos de nuestros encuestados en El Termómetro que manifiestan específicamente que la compra de frutas, verduras y productos frescos las suelen realizar en los establecimientos del barrio o mercados de abastos, lugares que, por otro lado, han consolidado durante los meses de confinamiento total el servicio y reparto a domicilio con excelentes resultados.

En definitiva, los expertos señalan que la herramienta online es una herramienta más que no debe verse como ‘el enemigo’ sino como un aliado, por la que están optando muchas tiendas y negocios para llegar al consumidor pero que, a juicio de la responsable cameral, Mayte Carmona, debe ser mucho más que un canal de venta, “debe constituirse no solo como lugar de compraventa, sino como una vía más de comunicación con el cliente, que debe incrementar la visibilidad de los comercios, la cercanía con el consumidor y el aumento de las ventas, claro”. Así lo expresa una comerciante: “Es importante darle las gracias al cliente por confiar en nosotros, avisarle de que le va a llegar el pedido, darle un servicio online pero muy personalizado que es lo que mejor sabemos hacer”. Concluye Carmona indicando que el comercio debe estar abierto a los cambios, a mejorar su formación y preparación que, al contrario de lo que se pueda pensar, no implica necesariamente una gran inversión. A este respecto, García Bellido anuncia que AJE está preparando un interesante programa de cursos y cafés temáticos sobre digitalización o cómo sacar partido a las RRSS ajustando muchísimo la inversión, “una buena opción es el etiquetado del producto en Instagram o el diseño de una página web a bajo o ningún coste…”. Una Asociación de Jóvenes Empresarios que, asimismo, asesora específicamente a los emprendedores que quieren poner en marcha su idea o proyecto empresarial, al igual que la Cámara de Comercio que, desde 2002, facilita desde la Ventanilla Única Empresarial la puesta en marcha de los negocios a todas las personas emprendedoras, centralizando en un único espacio todos los trámites que deben realizar, ya que es un Punto de Atención al Emprendedor que forma parte de la red del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. De esta manera se agiliza y simplifica en gran medida el proceso de dar de alta una nueva empresa. Además, el sector de comercio minorista es uno de los que más trámites de creación ha aglutinado desde el inicio de este servicio cameral, comenta Carmona.

Por eso, cualquier persona que desee poner en marcha un comercio, tan sólo debe ponerse en contacto con la Cámara de Comercio (www.camaracr.org), donde se le indicarán los pasos a seguir de la manera más rápida y sencilla, ya que todo el proceso se realiza de forma telemática a través del sistema CIRCE (Centro de Información y Red de Creación de Empresas).

Ejemplo de tesón y querer superarse.- En este maremagnum de pandemia y crisis sanitaria, hay algunos casos en los que se ha decidido no solo seguir para adelante, sino ir más allá con tesón y con ánimo de superarse y ofrecer lo mejor y último existente en el mercado. Es el caso de un centro de entrenamiento deportivo y físico que, en plena pandemia, ha inaugurado una nueva marca. Lleva abierto desde 2012 y en estos ocho años la evolución en alza y la formación y actualización del equipo han sido la constante. Los inicios no fueron fáciles por el papeleo y los “farragosos” trámites a realizar, tampoco el día a día ha sido mejor “hay que ir un paso por delante, conocer las tendencias, formarte en lo último, saberlo todo antes que el consumidor y eso no siempre es fácil, se necesitan medios y tiempo”, nos cuenta su responsable.

Los socios ya contaban con la idea de dar un giro al negocio pero llegó el confinamiento en el mes de marzo que lo trastocó todo. A la reapertura en junio pasado decidieron renovarse o morir, no abriendo por el momento y acometiendo durante el verano una reforma integral de las instalaciones, reinaugurando en octubre con nueva imagen y marca, con nuevo bagaje en la parte deportiva y comercial y con un gran compromiso en la responsabilidad social corporativa, solidarizándose con diferentes oenegés. Todo un reto y un aprendizaje del que están satisfechos, como así también se lo han manifestado sus clientes, sin dejar de lado la lucha diaria.

 

Ramón Prieto, presidente de la Asociación del Pequeño Comercio de La Solana

“La luz que se transmite en las calles es gracias al movimiento y ambiente de la gente que va de un comercio a otro”

Para el presidente de la Asociación del Pequeño Comercio de La Solana, Ramón Prieto, la situación actual, ligada a los malos momentos que atravesaba el pequeño comercio en los últimos años, supone un varapalo tremendo porque “esto no llega a repuntar, y, siendo realistas, es una pena ver como muchos comercios, tanto de aquí como de otras poblaciones, se están viendo asfixiados”.

Tras la desescalada el pasado mes de junio, todo apuntaba que, con las medidas de higiene y seguridad, podría haber cierto movimiento, “algo ha habido”, pero ahora nos encontramos que estamos retrocediendo, y, a su vez, la gente tiene miedo de salir, “se ve poco tránsito por las calles”.

La mayoría de los establecimientos se han adaptado a las nuevas normativas de higiene y seguridad, invirtiendo dinero en acondicionar sus locales, ya sea en mayor o menor medida (productos de desinfección, hidrogeles, mascarillas, guantes, máquinas de ozono…) por lo que, “la gente puede estar tranquila a la hora de entrar en nuestros establecimientos”. Es más, “si algo tiene de bueno el pequeño comercio, además de contar con un trato cercano y personal, es que no hay tantas aglomeraciones de gente como puede suceder en las grandes superficies”, señala Prieto.

En cuanto a las ayudas por parte de las diferentes administraciones “están bien”, las ayudas en este tipo de situaciones siempre son bienvenidas aunque deberían de llevar a cabo medidas que fueran más eficientes, es decir, “rebajas o exención de algunos impuestos cuando no hay movimiento”, ya que, para muchos, “de poco sirve solicitar ayudas que luego se tenga que devolver, como por ejemplo un préstamo ICO si ello conlleva a que nos endeudemos más, más si cabe, con la incertidumbre de que no sabemos cuándo mejorará la situación”. En diferentes ocasiones vemos alguna noticia en distintos medios de comunicación que dice, y ojalá no pasara nunca, “una empresa cierra y despide a 100 trabajadores”, y hace más “ruido” que si en ese mismo momento están echando el cierre 100, o incluso más, comercios. El pequeño comercio, el comercio de proximidad, está muy tocado.

En cuanto a las próximas fechas navideñas, Prieto señala que este año se va suprimir el concurso “con bote” que se realizaba estos últimos años en La Solana, pero que tienen en mente algo muy novedoso que nunca se ha hecho por aquí e incluso en ningún otro sitio, para incentivar a la ciudadanía a salir a comprar en los establecimientos locales y que también va a ir enfocado a los más pequeños. Además de la colaboración del ayuntamiento de La Solana, “se van a involucrar todos, o casi todos los sectores de la población, va a ser algo muy llamativo”, indica Prieto.

Para finalizar, el presidente de la Asociación del Pequeño Comercio de La Solana hace un llamamiento a “defender lo nuestro”, porque comprando en el comercio local hacemos que cada euro invertido se quede “en casa”. Es triste pensar en que el día de mañana si esto sigue así, los pequeños comercios locales vayan cerrando, “porque la luz que se transmite en las calles es gracias al movimiento y ambiente de la gente que va de un comercio a otro, y cuando cierra uno de nosotros da mucha tristeza, porque al fin y al cabo, no es una competencia, es un compañero más”, concluye Prieto.

Texto: O.Carretero/Ayer&hoy
Fotos: Ayer&hoy/Pixabay