Francisco Javier Morales Hervás y Aurora Morales Ruedas Doctor en Historia y Graduada en Historia del Arte

Las divisiones internas en el Reino Visigodo de Toledo, que se expresaron en recurrentes luchas entre distintas facciones nobiliarias visigodas, favorecieron la conquista de casi toda la Península Ibérica por parte de los musulmanes a partir del año 711. Se iniciaba así un largo período de casi ocho siglos en el que el Islam tuvo un notable protagonismo en buena parte del territorio hispano, que recibiría la denominación de Al-Ándalus.

Durante esta etapa la vida en las tierras controladas por los musulmanes estuvo muy condicionada por los preceptos contenidos en el Corán, lo cual afectó especialmente a las mujeres andalusíes que quedaron relegadas, aún más, al ámbito doméstico, sometidas a la voluntad de los hombres (padres, esposos o hermanos) y alejadas del contacto social. No obstante, también podemos encontrar ejemplos de intrépidas mujeres en Al-Ándalus que supieron superar este férreo control para poner de manifiesto unas extraordinarias dotes intelectuales, de hecho, a partir del análisis de diversos repertorios biográficos de notables personajes andalusíes se obtiene una cifra cercana al medio centenar de mujeres que destacaron por dedicarse a actividades literarias, fundamentalmente a la poesía, aunque, en muchos casos, solo contamos con su nombre y alguna breve referencia a su actividad creativa.

Buena parte de estas mujeres que lograron derribar ciertas barreras físicas y mentales pertenecían a grupos dirigentes o vinculados con el mundo de la cultura, pues la privilegiada posición de sus familias les permitía acceder a unos conocimientos que no estaban al alcance de la mayoría de la población. Tenemos documentados llamativos ejemplos de mujeres que destacaron por sus creaciones literarias prácticamente desde los inicios de la presencia musulmana en la Península Ibérica, así podemos mencionar el caso de Hassana at Tamimiyya, nacida en la ciudad granadina de Elvira a finales del siglo VIII, que destacó por sus dotes líricas como se puede comprobar a través de los escasos poemas que se conservan de su producción global. Hassana mantuvo contactos con los emires Al-Hakam I y Abderramán II, de los cuales llegó a obtener ciertos privilegios.

Izq.: Qasmuna bint Ismail, poetisa nacida en el siglo XII. Centro: Representación de la Gran Biblioteca de Córdoba. Dcha.: Lubna de Córdoba, que nació como esclava en la segunda mitad del siglo X.

También contamos con ejemplos de mujeres procedentes de niveles sociales inferiores que lograron superar esa dificultad de partida para poder demostrar su capacidad creativa. Es el caso de Lubna de Córdoba, que nació como esclava en la segunda mitad del siglo X, lo cual no le impidió desarrollar una llamativa obra poética que llegó a llamar la atención del califa Al-Hakam II, gran amante y protector de las artes, que la contrató inicialmente para que trabajase como escriba, traductora y copista, pero que acabaría asumiendo la dirección de la Gran Biblioteca de Córdoba, puesto desde el que promovió la copia y la adquisición de un buen número de manuscritos, para lo cual tuvo que viajar por diversos lugares del Mediterráneo y de Próximo Oriente como Bagdad, Damasco y El Cairo, donde, gracias a sus amplios conocimientos y su buen criterio, pudo hacerse con un importante volumen de obras de gran valor, que, en algunos casos, llevan manuscritos sus propios comentarios. Además, fue la promotora, junto con el médico judío Hasday inb Shaprut, de la biblioteca de Medina Azahara.

El ambiente favorable a la cultura que supo generar el califa Al-Hakam II, y del que se pudo beneficiar Lubna, facilitó que otras personas pudiesen desarrollar su creatividad. Entre ellas encontramos a Wallada bint al-Mustakfi, que vivió durante la compleja etapa en la que el poderoso Califato Cordobés se fracturó en diversos Reinos de Taifas, de hecho, su padre fue Muhammad III, el penúltimo de los califas cordobeses que solo reinó durante diecisiete meses. Podríamos considerar a Wallada como un “espíritu libre”, calificativo que contiene un especial valor si tenemos en cuenta la época y el contexto en el que vivió. Tuvo que ser una mujer con un gran atractivo físico e intelectual, dotada de un magnetismo que atrajo en torno a ella a un selecto grupo de artistas que participaban en las veladas que organizaba, en las que Wallada también daba a conocer sus composiciones, entre las que destacaron poemas satíricos y algunos con fuerte carga erótica, lo cual, unido a su agitada vida amorosa, daría lugar a duras críticas al romper el canon de recato que se esperaba de las mujeres.

Resultaría casi imposible ofrecer en estas líneas una mínima semblanza de todas las escritoras andalusíes que merecerían ser comentadas, por ello vamos a finalizar esta breve selección recordando a Qasmuna bint Ismail, poetisa que nació en el siglo XII en el seno de una familia de origen judío y que destacó por sus composiciones líricas en lengua árabe, especialmente por su capacidad de improvisación, que fue muy valorada en su época.