El primer aparato de aire acondicionado eléctrico fue inventado por el norteamericano Willis Haviland Carrier, en el año 1902, siendo considerado el padre de los aires acondicionados modernos. Su objetivo era producir un aire frío para poder bajar la temperatura de una planta de impresión sobre papel, ya que los procesos se hacían más eficientes con ello. Por tanto el aparato de aire acondicionado que tenemos en nuestro hogar no fue ideado originalmente para nuestro confort, ni se pensó para combatir la temperatura de los veranos más calurosos, fue un desarrollo para su aplicación en la industria. Así se fundó la empresa norteamericana Carrier, de producción de electrodomésticos y máquinas industriales. Pero no todo eran ventajas, existían serios inconvenientes con las primera máquinas como el uso de un refrigerante peligroso en caso de fugas (el amoníaco), el tamaño de estas máquinas y también su coste de compra y consumo energético. Dos décadas más tarde, el descubrimiento del freón en 1928 por Thomas Midgley junior, trajo al mercado una sustancia refrigerante más segura para los seres humanos. El freón permitió el salto de los aires acondicionados a los hogares y pequeños comercios, no estando ya limitado exclusivamente a las grandes fábricas e industrias.